miércoles, 31 de diciembre de 2008

En la casa

Estábamos viendo una repetición de un partido de la selección mexicana el cual se efectúo en marzo, de pronto Ivan me pregunta:
- Guido que hiciste en Marzo.
- No me acuerdo- respondí-.
- Seguro- agregó-.
- Creo que aun estábamos en la radio, no te recuerdas- le dije-.
-No , por esas fechas yo llevaba con Alicia un mes de novios, y ya habían cerrado la radio por Internet - dijo Ivan-.
- A bueno- finalicé-.

Esta mañana del ultimo día del año, no había mas aburrido que estar en mi casa.
Yo como siempre estaba solo en ella, y esta mañana Ivan llegó temprano para según él acompañarme a ver tv. Al cabo de unas horas me preguntó que había para desayunar, nada le respondí. Lo único decente que le pude invitar en ese momento fue un cigarro que encendí mientras el haría algo que después me arrepentiría de que lo hubiera hecho, Ivan puso Animal Planet y después jamas se atrevió a cambiarle de canal.
-Guido tengo hambre- me dijo-.
- mmm... pues ve en el refrigerador a ver que haya- le dije-.
- No mames no hay nada-.
-Pues ya ves, no he ido a comprar nada.
- Hay masa-agregó-.
-Jajaja... no me digas que vas hacer unas empanadas- le dije-
-Puta madre cabron, ahuevo, tengo hambre.
- Bueno no te enojes, ya por ahí hasme unas 4 .
- Pero mejor le hablo a mi vieja para que venga a hacernos de desayunar, y ya por ahí que se traiga a su prima ... no crees??
- Asu, ahorita, no me siento de humor.
-Calmate jajaja.
- puta madre Ivan ya cambiale de canal, estoy hasta la madre de ver Animal Planet.

Total que llamó a Alicia y ella no tardó mucho en llegar acompañada de su prima, una chica que llegaba de vacaciones, originaria de Orizaba.
- guido te presento a Abi- dijo Alicia-.
- Hola, mucho gusto- dije-.
-Hola, ya te conocía. fue en los quince de mi prima Alicia, tu andabas con una chava que creo que era tu novia y que se puso celosa porque conversaste conmigo- me dijo-
- Asi, ya recuerdo. Si por esas fechas tenia novia, y carajo era bien celosa.
-Jajaja.

Alicia entró a mi cuarto para hacer no se que cosa, y me gritó,
- Guido te ves bien lindo con Cesar en esa foto.
-A , gracias.
-Oye pendejo, tu no tienes una foto conmigo, mira tienes con Sofia, con Daniel, con Carlos y Cesar y yo no aparezco, te pasas culero- me dijo Ivan-.
- Cabron luego nos tomamos una, va chiquita- le dije-.
-Ni madre, y yo de pendejo trayendo en mi celular la foto que nos tomamos tu, Cesar y yo , enseñando el culo-.
- jajaja, apoko!!- dijo Abi-.
-Callate cabron- insistí-.
-No me sorprende, estos chamacos son bien putos- dijo Alicia-.
-paaaaaaaaa.....- agregamos Ivan y yo-.

Despues nos hicieron desayunar, se fueron y nosotros nos quedamos solos comiendo las empanadas con un queso chiapaneco espantoso a mi paladar, y como no teníamos salsa, les hachamos a las empanadas azúcar.
- oye, y si me da diarrea esto- le dije a Ivan-.
- Pues no mames guido, yo voy al baño, permiteme.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Diarios de peaton

Diaros de peaton.
Uno nunca sabe en donde puede encontrar una verdad y en que esquina te venden una excusa.
Por eso aunque uno anda siempre cuidandose del tranvia descarrilado que es vivir, pareciera que llegamos al punto retrocendiendo, no avanzando.
Por eso, hay que arriesgarse a vivir la vida como viene, ya que muchas veces los seres humanos siempre andamos esparando lo mejor para nosotros, ya sea en cuestion del trabajo, de la familia y hasta el amor. Claro no muchas veces obtenemos lo "mejor" para nosotros, por cuestiones raras, por cosas utopidas de la vida. Por eso debemos de salir a buscar las cosas nosotros mismos y no esperar lo mejor para nosotros sentados en una acera humeda llorando nuestras desdichas. hay que salir a la calle a respirar, la felicidad, las mentiras, las canalladas, los excesos, asi encontraremos el ejercisio exacto de vivir y no de sobrevivir.
atte, un tipo Loco.

martes, 23 de diciembre de 2008

La herencia de don Feliciano.

Yo vi cuando la vendieron. Yo vi cuando su padre, don Feliciano, el cuidador de becerros vendió a su hija Mercedes con un foráneo disque comerciante de ropa.
La pobre no pasaba de los quince años y era tierna como los pétalos de las rosas, sus ojos negros intensos sollozaban como las lluvias de mayo, era flaca y su color de piel era el de la azúcar morena.
Yo vi cuando su padre la tenia parada junto a él al pie de la puerta de su casa, vi cuando su hermano y sus otras dos hermanas que aun miaban la cama la despedían mientras le colocaban junto a ella una caja con su ropa, dos cacerolas de barro y una muñeca vieja que se llevaba la niña grande.
Su padre era inmune a las rogativas de la pequeña Mercedes, a ella la pobreza le mataba la inocencia.
Escuché a los perros ladrar cuando un hombre, su futuro esposo llegó con su camioneta destartalada a buscar la inmaculada herencia de don Feliciano; la casta y virtuosa de Mercedes.
Mientras don Feliciano reciba el dinero que había acordado por la venta del cuerpo de su hija, observé claramente la humanidad de aquel hombre ignoto. Él tenia puestas unas botas de culebra muy sucias, el pantalón con la bragueta rota y por culpa de su obesidad la camisa cuadrada que lo cubría carecía de dos botones; era muy feo y mal hablado , pero eso si, con el dinero suficiente como para comprarse una virgen de a deberás y llevársela a su cuarto.
Después de tener todo en orden lo subsecuente fue que comenzó apretar el frio en la sierra.
Mercedes vio por última vez su pobre hogar, camino en dirección hacia sus pequeñas hermanas y les susurró al oído con amargura:
— Váyanse de aquí cuando puedan.
— No podemos — contestó una de ellas—.
— ¡Que se larguen lo más pronto posible!
— No podemos hacer eso, tenemos hambre.
Aquellas palabras ostentaban la condición de infortunio que se implantaría en el destino de sus hermanas. No hubo una despedida familiar, ni mucho menos mas lagrimas, simplemente las manos se movieron en el aire de un lado a otro y la desdicha, madre de esta terrible realidad apretó el corazón de todos y cerró las ventanas del alma que son los ojos, secando así toda gota de felicidad.
Yo vi todo eso, y mientras se me escurrían las lágrimas de los ojos vislumbré como se alejaba la niña Mercedes.

Esa misma noche me fui a la cantina de Jonás, ahí quería emborracharme para matar mis pobrezas, mis penas. Aquel lugar no tenía moral, las cuatro paredes estaba teñidas en un acto ambivalente de alegrías y tristezas, nada ahí era sublime, todo era desaliñado y lánguido. Le pedí al cantinero un trago mas desde mi mesa, al instante miré como don Feliciano entraba a la cantina impasible. Ese anciano no debía de pasar de los sesenta años y cada invierno que pasaba en esta sierra su corazón se volvía más gélido.
— Don Feliciano, siéntese aquí — le dije—.
— ¿Quien eres tú? — me preguntó —.
—Soy Gaudencio, el mismo flaco que vivía enfrente de su casa. Me fui del pueblo con mis padres cuando tenía diez años de edad a los United States, pero me los mataron al cruzar y por eso sólo me quedé allá nueve años tratando de sobrevivir, y ahora vuelvo con más pena que gloria a mi pueblo.
— Pobre de ti muchacho.
—No se fije don Feliciano, la vida me ha hecho hombre y yo no sé rajarme, por eso decidí regresar para empezar de nuevo, aquí en este pueblo en donde no crese nada, en donde la tierra no produce mas que miseria y desgracia — le dije—.
Don Feliciano no se atrevió a contestarme, pido una copa de brandy y mientras la bebía yo miré en sus ojos la amargura de su persona, el descuido de amor en el que había vivido tantos años.
— Cuénteme a usted como lo ha tratado la vida.
—Pues uno siempre esta acostumbrado a sobrellevarla como puede, la pobreza no perdona, la pobreza duele en la panza — agregó—.
— Ahí son los pesares.
Mientras continuábamos bebiendo en aquella cantina de pobres él me contó que por fin tenia una excusa para burlarse de la pobreza, me dijo que había logrado cobrar la herencia que le dejó su esposa muerta. — No tuve otra cosa mas que hacer— narraba— su madre me dijo que Mercedes era lo único de valor que dejaba a la familia, y por esa razón tuve que venderla, siguiendo la tradición del pueblo — Don Feliciano ya estaba harto de andar siempre con el ombligo pegado al espinazo, ya no veía lo duro, si no lo tupido. Con su miserable sueldo de cuidador de borregos tenia que mantener a cuatro bocas y todavía tenia la mala suerte de estar viejo y el inconveniente de haber nacido pobre.

Dos horas después cuando la noche es más pesada y el frio te cala los huesos, don Feliciano me dijo así nada más, sin preámbulos:
— Gaudencio a mi hija la vendí por trescientos pesos.
Hijo de toda su madre, pensé, vendió a la chamaca por tan poco, hasta yo la hubiera comprado, hubiera vendido por ella mi colchón y mi caballo, el negro que tanto me gusta.
Pero créanme cuando se los dijo, el dinero no le duró mucho, yo lo vi, se los digo de verdad. Esa misma noche tuvo que pagarle lo fiado al señor de los abarrotes que apunta de navaja le cobraba la deuda, también el muy pendejo se calentó demasiado y le agarró las nalgas a una puta que traía macho esa noche provocando así una pelea grande. Al final tuvo que pagar los desmanes que provocó, mesas quebradas, cristales rotos, y botellas despilfarradas, y aunque vendió su chamarra y se quedó con frio aun quedó debiendo la cuenta de la borrachera.


Francisco Rico Hernandez.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Cielo Azul ( La cita/ Fragmento del texto)

Esa noche se puso su mejor ropa, un pantalón liso color café, una camisa manga larga color azul y unos zapatos negros enlucidos de punta. Le dijo a su padre cuando se fue, pero no le puso hora exacta a su regreso.
En las escasas citas que él había tenido o participado siempre la distancia lo ayudaba a pensar en algún tema que amenizara la tertulia, pero esta vez y para su mala suerte su invitada vivía al lado. Iván respiró profundo y tocó la puerta. Había planchado con tanto esmero su camisa que se lamentó cuando por obra del nerviosismo se le arrugó al agacharse para atar sus cordones. Él silbaba para disimular esos momentos escabrosos y justo cuando por fin el miedo le consiguió ganar, ella abrió la puerta y apareció disipando los fantasmas, las dudas, los miedos.
Matilde lucia bella y en su boca traía una sonrisa que iluminaba hasta el mismo sol. Por el contrario de Iván, ella no vistió tan formal.
— No cabe duda que eres un extraterrestre— le dijo ella—.
Iván se acomplejó y se sintió un idiota.
Caminaron hasta los columpios ubicados en el patio y conversaron bajo la luz de la luna. Nadie los interrumpió. El momento fue tan ameno que no sintieron pasar las horas, hablaron de sus gustos, de los viajes de Iván, del fútbol y de las motocicletas. También debatieron horas y horas al preguntarse ¿Porque el cielo era azul? Matilde disfrutaba la compañía de Iván, se cautivó y se rió de lo cómico que lucía un niño extraterrestre vestido de adulto.
Iván por su parte olvidó su timidez, se explayó y hablo sin pudor alguno. Si alguien hubiera sido testigo de esa conversación abría contado las veinte veces que Iván dijo mierda. Para la mala fortuna de ellos se abrió la puerta y la voz de la madre de Matilde destempló el momento. Al oír el llamado de doña Mercedes ella le dijo a su acompañante:
— Ven te la presento.
— No gracias, no estoy loco — dijo Iván—.
Total que él sucumbió a los encantos de Matilde y se dejó llevar hasta la puerta en donde los aguardaba la madre.
— Hola, buenas noches— saludó doña Mercedes—.
— Hola— dijo Iván al borde del infarto.

Matilde heredó de su madre la mirada ligera y tranquila y los ojos cafés dulces. Doña Mercedes aun mostraba los vestigios y encantos de su belleza que cautivó en sus tiempos de juventud.
Iván partió una hora después mostrando agradecimiento con sus nuevas amigas. Antes de irse ya había pacto encontrarse con Matilde en los columpios al día siguiente. Aquella noche Iván descubrió a un ser humano muy diferente a los demás, único, descubrió en Matilde la poca seriedad que a veces tienen las mujeres, escuchó hablar de las cosas que tan pocos hombres pueden escuchar, se sintió maravillado.
Matilde logró tener un conexo con Iván, se identificó con él y aun que lo negó sintió un hueco en el estomago cuando aquel extraterrestre pactó una nueva cita. Aquellos niños con el paso del tiempo sentirían el amor cuando es amor.




Francisco Rico Hernández.



(Fragmento del texto tomado del Cielo azul,
Del libro de La casa de la abuela y sus cuatro Generaciones perdidas de francisco Rico Hernández.)

martes, 16 de diciembre de 2008

Francisco viendo llover desde su ventana.

Francisco se había dispuesto a irse a la cama después de cenar en solitario en el comedor de su casa. Aquella acción de conciliar el sueño fue interrumpida por la intrépida certidumbre de encontrar en esa soledad ocasional la virtud extraordinaria de dejarse seducir por los encantos de la travesura y despilfarros de la libertad.
Era una noche de viernes que le daba el consuelo ameno a una semana febril de enero. Los padres de Francisco aquella noche habían asistido a una cena organizada por los compañeros ex universitarios con el único fin de recordar los episodios del desvarío febril de la juventud.
Como era hijo único, aquella ausencia de autoridad lo condenaba gratamente a ser el soberano absoluto de toda la casa. Francisco era un niño de doce años, con grandes ojos negros, no pasaba de los cincuenta kilos y tenia un lunar colocado en la parte izquierda del cuello; fue desde pequeño un niño muy solitario y tímido, por falta de habla su madre creyó que seria mudo, hasta que por fin, un buen día a la edad de tres años dejó atrás el lenguaje de las señas y se esmeró en decir sus primeras palabras.
Siempre fue un chico acostumbrado a obedecer y aprendió la gran virtud de ser inflexible a sus creencias, hasta esa noche en que lo dejaron solo.

Francisco no dejó ningún objeto colocado en su lugar aquella noche de viernes, la casa estaba perfectamente desordenada y envuelta en una algarabía y regocijo desmesurado. Era el momento idóneo para despabilar a los sentidos de la rebeldía y altivez de la libertad.
Desordenó su habitación, quemó un duende de peluche que le regaló su abuela y que tanto odiaba, recortó del álbum fotográfico a los primos que detestaba, orinó sin levantar la tapa del baño, debajo del colchón de la cama de sus padres sacó una revista para adultos que ojeó sin pudor alguno, también en esa ocasión de desosiego se fumó un cigarro de la cajetilla de su padre que guardaba en el buró de la sala, Francisco contagiado por la intrépida locura del despilfarro de la libertad mandó al diablo todo el protocolo que tenia que realizar todos los días antes de dormir; él no se bañó, no se cepilló los dientes, ni mucho menos se atrevió a rezarle al Santo que nunca le había cumplido un milagro. Francisco mandó al carajo a las normas y a la excelsitud aquella noche de viernes.

Mientras en el estéreo se escuchaba a todo volumen las canciones del Tri, él en su habitación se mantenía ocupado comiendo frituras, chocolates y dulces mientras veía en la televisión the Simpsons. Toda esa irreverencia iba por buen camino hasta que comenzó a llover.
Aquel acto intempestivo de la naturaleza destempló el momento. La lluvia caía torrencialmente, Francisco tuvo el presentimiento que algo cataclistico se aproximaba.
—Estúpida lluvia— alcanzó a decir mientras observaba por la ventana que la calle poco a poco se inundaba—.
Los minutos siguieron trascurriendo y la lluvia no escampaba. Francisco salió de su habitación y camino hacia la sala para apagar el estéreo, lo hizo, y después sonó el teléfono pero no se preocupó por contestarlo.
De regreso a su habitación él subió el volumen del televisor para sentirse mejor y no escuchar el estruendo de los rayos eléctricos que de un momento a otro se dejaron escuchar en el cielo.
Poco a poco comenzó a sentirse incomodo y a la vez un tanto nervioso a consecuencia de ser testigo de la tormenta que para él era la mas grande del siglo.

Las horas parecían transcurrir de prisa y la tormenta no mermaba su fuerza ni los rayos bajaban la guardia. Entonces sucedió lo inevitable; la energía eléctrica desapareció en toda la colonia, incluyendo la casa del soberano miedoso. Al encontrase en la oscuridad Francisco no pudo sofocar el grito, y casi a la velocidad de la luz su cuerpo se enfermó de miedo: no podía hablar, moverse, pensar. En ese estado permaneció cinco minutos, hasta que por fin logró salir de aquel periodo de pánico. Tenía la certidumbre de que sus padres no regresarían pronto a su casa, pro eso él tenia que enfrentarse solo cara a cara con sus miedos. Claramente trató con suma delicadeza recobrar el valor suficiente para encarar el terror que sentía cada vez que la lluvia venia acompañada por los truenos.
Recurrió a muchos métodos para olvidarse de la tormenta; cantó, gritó, se imaginó en otro lugar, y hasta trató de recordar las imágenes perturbadoras de la revista para adultos que se atrevió a mirar hace algunas horas atrás, cuando el mundo y él eran más felices.
Francisco aunque quiso ser optimista no encontró ningún motivo que lo exonerara del sufrimiento que le causaba aquel suplico de la naturaleza.

El reloj de la cocina anunciaba con su doces campanadas la media noche, misma que ostentaba miedos, sobresaltos y letanías.
Francisco trató de dormir, pero no lo consiguió. En su cama no encontraba la posición precisa para conciliar el sueño, se movía de un lugar a otro, se tapaba , se destapaba y hasta tuvo la idea de poner su cabeza debajo de la almohada para omitir los ruidos que provocaban la tormenta, pero fueron vanos intentos. Comenzó a cantar para dispar sus miedos y montar una atmósfera amena que le curara su desolación, y en ese instante sucedió lo que él tanto había esperado, la lluvia escampó.
Envuelto en una oscuridad Francisco se aproximó a su ventana, poco podía ver ya que los faroles de la calle no alumbraban a consecuencia de la falta de electricidad. Él con sus ojos miedosos vislumbró el inundamiento irrefutable de la calle, y el paso veloz de un perro, una banda sonora de grillos, y las ranas y luciérnagas que desfilaban en la Venecia improvisada. Después sintió un gran alivio y dijo:
— Por esta noche ya ah sido suficiente lluvia.
Y de pronto comenzó a llover.
— Maldición, no lo puedo creer— agregó furioso—.
Otra vez volvió a sufrir, esta vez la tormenta ya no daría tregua alguna, parecía que el cielo estaba condenado a romperse. Un gran miedo que no entendía de razones se apoderó de él, y este pobre chico ya no sabia que hacer para detener su martirio. — ¡Odio la lluvia!— gritó.
A continuación tomó su almohada y jaló un cobertor para meterse bajo la cama, donde allí rendido ya por el sueño pasaría la noche.
A la mañana siguiente sus padres entraron en su habitación y no lo encontraron acostado en su cama, su padre observó que las cortinas de la ventana estaban amarradas y alegremente le dijo a su esposa:
— Se ve que Francisco ya perdió el miedo por la lluvia, creo que ayer observó caer la lluvia por la ventana.
— También provocó un desorden en esta casa— agregó la esposa—.
— Aquí esta— dijo el padre—.
— Esta debajo de la cama, ahora mismo me va ha escuchar — apuntó la madre—.
— No amor, déjalo, mira se ve que ayer durmió como un angelito.


Francisco Rico Hernandez

lunes, 15 de diciembre de 2008

El caso de la rubia platino

Me adelantó un talón de setecientas, más gastos, sin contar otras quinientas en fichas del casino. mi último tren llegaba con retraso
Así que decidí aceptar el caso de la rubia platino. Yo era un huele braguetas sin licencia, quemado en la secreta por tenencia, extorsión y líos de faldas, estaba, como buen expolicía, a sueldo de un pez gordo, que sabia cubrirse las espaldas.
Ninguna zorra vale ese dinero, pensé mientras dejaba mi sombrero nuevo en el guardarropa, cantaba regular pero movía el culo con un swing que derretía el hielo de las copas. Cuando salió, por fin del reservado, sentí que las campanas del pasado repicaban a duelo, la última vez que oí esa melodía me recetaron tres años y un día, más IVA, en la Modelo.

Para jugar al Black Jack y ser un duro, andar escaso de efectivo es igual que pretender envidar, con un farol, al futuro, no por casualidad me temen en los casinos, me daban diez de los grandes
Por el caso de la rubia platino.
Los besos que te dan las chicas malas salen más caros cuando los regalan y huelen a fracaso, pero el croupier me echaba cartas buenas
y la rubia platino era morena y el caso era un gran caso. En un “pinton” del puerto de Marsella nos fuimos demorando, entre botella Y botella de Oporto: 'Los que pusieron precio a tu cabeza-
le dije exagerando su belleza,- se habían quedado cortos'-
Puede que me estuviera enamorando, porque, antes del café, cambié de bando, de hotel y de sombrero. Mi viejo puso un cuarto, con dos camas,
Fingiendo que la dama era una dama y su hijo un caballero. Ni siquiera, señores del jurado, padezco, como alega mi abogado, locura transitoria. Disparé al corazón que yo quería,
Con premeditación, alevosía y más pena que gloria.
Para jugar al Black Jack y ser un duro, andar escaso de efectivo es igual que pretender envidar, con un farol, al futuro, no por casualidad me temen en los casinos, me daban diez de los grandes por el caso de la rubia platino.

Para volver a ser alguien, en el ambiente, necesitaba un par de buenos clientes, algo para mis vicios y un despacho decente, no dan para comer las putas del barrio chino, todos los lunes no me encargan el caso de la rubia platino.
Para no ser un cadáver, en el tranvía, Aparte de tener gramática parda hay que saber, que las faldas, son una lotería; con luz de gas brilló mi lámpara de Aladino... me daban diez de los grandes por el caso de la rubia platino.

Joaquin Sabina

viernes, 12 de diciembre de 2008

Diarios de péaton

En el marco del ateneo Cosamaloapeño se realizó el primer café literario Diarios de Peatón,
en donde el publico que en su mayoría eran jóvenes escucharon el la intimidad de la conciencia
lo que los españoles nos heredaron: la palabra.
El evento se llevó acabo en la Sotaventina A.C los días 5 y 6 de diciembre del año en curso en
un tiempo aproximado de 3 horas. Desfilaron en el escenario; Sandy Perez Sanches, Nahara Cecilia Hernandez Alvares, Ivan Barrientos Figueroa y Francisco Rico Hernandez. Tambien
participaron algunos invitados como; Cesar Perez Sanchez y Alan Barrientos Figueroa que es
un artista plástico que en sus obras utiliza al rresiclado.
La tertulia estuvo amenizada por poemas de ; Jaime Sabines, Octavio Paz y Francisco Rico, por igual se narraron algunos textos,diálogos,monólogos y criticas de autores como: Gabriel Garcia Marquez, Frank kafka, Emilio Carballido, Claudio Solano y Francisco Rico.

Fue un evento ameno e interactivo el cual se disfrutó a conciencia, en cada bloque tomaron un receso para degustar un buen café y un par de galletas, y un buen cigarro, todo eso lo otorgoo de buena voluntad el patrocinador el cafe La casa de la abuela.
Aquellos días la juventud de Cosamalopan se dejó seducir por los encantos de la literatura.





Posdata; Aquella noche fue una gran oportunidad de mandar al diablo a la solemnidad que a veces se presentan en estos eventos literarios por eso tuve la sensacion y el descaro de fraguar con mis amigos un evento literario totalmente irreverente, donde uno podía conversar agusto con sus amigos, fumar, tomar un café, y recordar los episodios de vidas vividas individualmente en tiempos remotos, añejos, glorias de un pasado tan pasado.
No se que hubiera hecho sin la ayuda de Sandy que apesar de que estaba enferme nunca me dio un No como respuesta, a Ivan igual le agradezco que nos haya divertido como lo hizo esa vez, aunque no sabia leer muy bien, ese tipo hizo reír a todo mundo con sus manera tan disparatada de improvisar, a Nahara le agradezco que nos haya deleitado el oido con su voz tan hermosa y apesar de que es la mas niña de todos, 13 años no se dejo intimidar.
Amis invitados le agradezco que asistieran, también al publico, a Pedro, Abad, a la Familia Sanchez, a Deborah y a todos los que nos apoyaron, muchisimas Gracias, y le aseguro que amenazo con regresar.

Saludos para todos, la vida es bella.
atte; Francisco Rico Hernandez

jueves, 11 de diciembre de 2008

jueves

DA LA CASUALIDAD QUE UNO SIEMPRE BUSCA LO LUGARES MAS AMABLES PARA ESCRIBIR, CLARO
JAMAS ESOS LUGARES SON LOS MAS APROPIADOS, UN EJEMPLO DE ESTO EN MI VICIO VAGABUNDO DE ESCRIBIR EN LOS SITOS MENOS A GUSTO, COMO; HOTELES, CAFÉS, CENTRAL DE AUTOBUSES, SALA DE ESPERAS DEL IMSS , Y SALA DE ESPERA DEL DENTISTA, O IGLESIA, Y EN LOS PANTEONES O EN CUALQUIER RINCONSITO DE LA CALLE.
SIN EMBARGO HOY, LAS ASTUCIAS DE MI LIBERTAD E IMPREPIDAS SEDUCCIONES DE LA HOJA EN BLANCO ME DIO EL LUGAR EXACTO PARA ESTE DIA; LA SALA DE ESPERA DEL IMSS. QUE CLARO ESTA QUE NO ES NADA APROPIADO PARA ESCRIBIR, PERO ASI LO HICE.
LLEVE EN BORRADOR UN TEXTO LLAMADO FRANCISCO VIENDO LLOVER DESDE SU VENTANA DONDE NARRO MI TERRIBLE MIEDO QUE SENTÍA POR VER LLOVER, Y MI ODIO POR LAS TORMENTAS Y RAYOS ELÉCTRICOS, CLARO EN AÑOS ANTERIORES CUANDO TENIA 10 AÑOS Y ME TOCABA QUEDARME SOLO EN CASA.
TOTAL QUE EMPECÉ A ESCRIBIR MIENTRAS LAS COQUETAS NIÑAS DEL SERVICIO ESCOLAR ME MIRABAN, DESPYUES DE TERMINAR MI PRIMER HOJA, OBSERVÉ A MI AL REDEDOR Y MIRÉ A UNA ANCIANA BASTANTE IMPRESENTABLE, UN POCO LOCA, MAS BIEN DICIENDO DISPARATES Y AVENTADO MADRES SIN PUDOR ALGUNO, NO PUEDE EVITAR REÍRME. DESPUÉS NO ME EFECTO EL DESCUIDO DE LOS DOCTORES DE MIERDA QUE TE HACEN ESPERAR MIENTRAS UNO SE QUEJA DEL DOLOR Y ELLOS COMIENDO AMABLEMENTE UN VOLOVAN Y TOMÁNDOSE UNA COCA-COLA, EN EFECTO RECORDÉ ESTE NO ES UN BUEN LUGAR PARA ESCRIBIR,PERO ME SENTIA TAN CÓMODO E IMPERTINENTE QUE AHÍ ME QUEDÉ.
ANTES DE IRME AYUDE A UNA SEÑORA A LLEVAR A SU HIJO EN UNA SILLA DE RUEDAS A UN TAXI, DESPUÉS FUI AL BAÑO Y ABANDONÉ AQUEL BUEN LUGAR QUE SIN LUGAR A DUDAS MAÑANA VISITARÉ.

martes, 9 de diciembre de 2008

40 horas.

Escucho por la ventana que afuera hay un concierto de grillos y una manisfestacion de
perros que les ladran a los fantasmas de la madrugada, la dulce luz de la luna se refleja en mi colchón
y el gélido viento me cala los huesos, el insomnio me amenaza y observo la hora exacta que anuncia que esta noche
no hay acción en la tv.
A estas horas entra en escena la inmaculada moralidad que no tuve el valor de perderla unas horas antes con ella, mi conciencia esta resentida con el tiempo, por no dejarme darle de comer a los sentidos.
Trato de inventarme para estos dos dias mi rutina; vista al periódico, programa de radio, y evento del Imss a cargo de mi tía, al cual asistiré solo por la comida gratis, después, gracias a Dios me toparé con ella, y las 40 horas que esperé para verla abran valido la pena. imaginense ya la estoy extrañando y me tengo que aguantar las ganas barbaras de coincidir con ella, esperaré viendo la desierta noche a que el sueño venga por mi y se haga menos este suplicio de las 40 horas.

Suavesito como las nubes de algodón me acaricia su recuerdo, su risa y su belleza angelical me desteplemto .
Espero que ella este pensando en mi, y que las liturgias de las matematicas, tiempo y espacio se coman esas 40 horas
que hacen falta para verla.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Cuando uno esta enamorado

Cuando uno esta enamorado la noche dura un poco mas.
Cuando uno esta enamorado los cuerpos se transforman a la virtud de la inconsciencia,
Cuando uno esta enamorado ya no hay espacios desocupados,
y el tiempo es solo un pretexto.
Cuando uno esta enamorado lo tangible lo vuelve loco, sordo e
inmune.
Cuando uno esta enamorado a prende a sobrevivir muerto de amor estando
vivo.





Un poema para Devora
uno no puede decir mucho mas de lo que calla, justo cuando lo que uno esta añorando lo mira
de frente, con esos lindos ojos que evenenan y dan vida.

Puebla. noviembre del 2008

viernes, 28 de noviembre de 2008

Ahora que.

Dicen que se paró el reloj cuando la vio, que su carta astral estaba en la cintura de ella, él con sus
lentes de meope y ella mas hermosa que de costumbre con sus zapatos negros.
Imaginence tartamudea la acera cuando aquella mujer pasa con su cuerpo aerodinámico rompiendo el viento
en cada paso, él se incorpora a su destino , no la conoce pero se enamora, despacio y sin pensarlo se avienta a su
persecución.

Yo por eso, naufrago en los trajines de las rayas del amanecer, y hasta me doy el lujo escribirles poemas a aquellas mujeres princesas del amanecer, eso fue en Orizaba, por aquellas palabras la Casa me invitó un trago de cortesía, ya saben nada es demasiado para los tipos que somos títeres del amanecer, ansiedades de carne y hueso.
El poeta, me dijeron.
Toma un trago mas y entristesenos mas la noche, me dijeron otros.
En aquel recinto templo del morbo donde uno paga por adelantado el placer, y las caricias de alquiler , yo no podía
decir que no, por alguna razón sabia que era un buen lugar para escribir. Hubiera escrito otros poemas, pero tan solo
pude hacer dos esa noche, los estragos de la irreverencia y por culpa de las canciones de José Alfredo Jimenez, yo ante la cofradia de las acepciones no pude hacer mas. Aparte por que me empezaba a sentir un poco triste, recordando cosas que no tenia que recordar, ya que ahora en su exilio voluntario aun la sigo recordando, aunque ya no sirva de nada.
joder, en mitad de un te quiero me olvido, sospecho.

Ahora recuerdo una canción de Paco de María que he talareado por dos días ininterumpidos

Estas enamorada, no es posible que estés perdiendo el tiempo en mi, viviendo por vivir. por eso hablale decidete ve y dile lo mucho que lo amas, por que quizás mañana él se enamore de otra y nunca se entere de tu gran amor,
enamorate, enamoralo, enamorence, si el amor esta en tu corazón y en su corazón , todo es que se encuentren y hablen del amor , yo sabre comprenderte y aceptar que la suerte no esta a mi favor..........
no es posible que tu estés perdiendo el tiempo en mi.... enamorate, enamoralo, enamorence...........

Que buena canción, me hace sentirme un poco mas maduro y claro ...deja a uno con los brazos cruzados, pero eso si, un poco feliz y con una manía presurosa de fumar dos cajetillas en una noche.

hA por cierto, se me olvidaba, esta sopa de letras y poco hilvanadas, son solo las escusas que un buen insomnio me dejo, esta noche en la que nadie quiso segir la tertulia, ahora que-........


f.R.H

lunes, 24 de noviembre de 2008

La vida esta de luto

Hay un sordo en la disquera escogiendo el repertorio, un condón en la cartera condenado al envoltorio, hay un simio en el congreso, hay un genio en bancarrotahay un violador confeso invitándote a una copa.Hay lagartos con zapatos y hay zapatos de lagarto, hay amores inmediatos y otros que son peor que un parto ,otros que son peor que un parto.Hay un muro en la frontera zigzagueándose en el mapa, la patrol siempre a la espera como trampa para ratas, hay un pinche paparazzo columpiándose en la ramauna monja con retraso y un amante con sotana.Hay mas chismes en la tele que canciones en la radio, hay noticias que no duelen y hay de idiotas un estadio, hay de idiotas un estadio...

Y todos viven aquí como si nada. Jugando siempre al faquir en desbandada, tratando de ir y venir con el afán de cumplir lo que les dicta una ley de marionetas suicidassumisos en estampida.Hay un príncipe heredero de coronas obsoletas ,hay un toro en el potrero exigiendo la coleta, hay velorio en el congreso por la muerte de un decreto, una idea es un exceso como un bosque en el concreto.Yo conozco un abogado que es un buitre de corbata con un libro a su costado es la ley y esta en barata, es la ley y esta en barata!!.

La vida esta de luto el llanto esta de moda se salva el que es astuto, se joda el que se joda...Y todos viven aquí como si nada, jugando siempre al faquir en desbandada, tratando de ir y venir con el afán de cumplir lo que les dicta una ley de marionetas suicidasborregos en estampida.Como si nada... en desbandada...

martes, 11 de noviembre de 2008

Adentro

Tengo Una dISCulpa, por UNA cULPa.
tENgo UN maLESTAR, pOR estar.
¿ Tienes eL reMEdio CONtra el TEDIo?
¿ eNCUENTRAS el CAmiNO A la VERDAd?

¿ eN QUE muela se ME quedo Atorada la PALAbra Amor?



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Tarde/ Sin DAños A terCEROS.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Notas de viaje “La pausa” (diario de un peatón).

He decidido hacer una pausa antes de llegar a mi destino. Al rededor de estos 4 días que he estado viajando, y en diferentes ciudades, me he dado cuenta que me gusta recorrer distancias, ser un trotamundos que vive la vida como venga y que siempre ha de estar conciente que todo pasa por alguna razón y que no hay tiempo para estar sentado en una acera húmeda llorando tu desdicha. Hay que vivir la vida.
Mi cuerpo hoy esta un poco mermado, fatigado y debo de ser sincero y decir que se estaba mal acostumbrando a los desvelos, excesos, fiestas, a las dos cajetillas por día, a los hoteles de 5 estrellas, a las mujeres que conocía por día en cualquier lugar y que las olvidaba al pisar otra ciudad, al tequila, al Whisky, al Ron, a las cenas de gran elite y tertulias del placer.
Por eso decidí ponerle pausa a mis intermitentes viajes, aquí en la ciudad de Orizaba a la cual vine a parar después de recorrer la ciudad de Puebla, Tecamachalco y Tehuacan.
Con Orizaba eran ya cuatro ciudades a las cuales estaba visitando en esta semana de viajes y todavía me faltaba Fortín de las Flores y Córdoba.

Ahora en Orizaba tendría que recargar las energías para seguir de perro callejero. Salí de mi casa el viernes y ese mismo día estuve en Puebla, en el autobús que en el que nos conducía a esa ciudad conocí a Cecile una francesa que me propuso aun si conocernos que la acompañara a dar un recorrido a la ciudad, yo no puse resistencia ya que caminar y aventurarme es lo que esta el sol de hoy me seduce mas.
Estuve con ella todo el día, y creo que nos agradamos, digo yo. Estuvimos en un café donde tocaban trova en vivo, tomamos café, fumamos y conversamos de literatura, justo ahí le dije la historia de La flor de Papel y ella se enamoró de aquel cuento de palabras. Ella que era una maestra de francés en una universidad de Fortín de las Flores y que sólo era un año mayor a mí, resultó ser una agradable excelente persona con la cual compartí un gran momento, antes de irme me pidió mi e-mail y mi móvil y pactamos vernos, yo el miércoles iría a visitarla a Fortín de las Flores y ella en diciembre se establecería en Cosamaloapan.
Después dejé Puebla y me fui a Tecamachalco. Ahí estuve tres días
Sin lugar a dudas mi estancia en ese lugar fue de excesos, de desvelos, de alcurnia por que no decirlo, de fulanas sin moral, de eventos literarios.
Conocí a una venezolana, que bailaba bien salsa, a un doctor del DF, con el cual me fui a empedar el último día del congreso, a un escritor de Puebla que viajo a Rusia, y que me contó lo hermosa que es la cultura azteca.
También estuve en compañía de gente de Chihuahua, Guerrero y Chiapas.
Pinché desmadre que hice en esa ciudad, y algunos me notaron más cabron e irresponsable. Ahí pase tres días de perturbación.
Después dejé esa ciudad y me fui a Tehuacan, ahí fue mas tranquilo y amistosos.
Ahora estoy en Orizaba y me toca ir a ver a cecile a fortín de las flores, el miércoles, ya casi no tengo mucho dinero, pero eso no me preocupa, lo que si me deja sin dormir, a veces, es como voy a pagar en dinero que he pedido prestado alrededor de estos viajes.
Por eso aun si llegar a mi casa, me siento bien, cansado , pero con mas ganas de seguir viajando.
Por eso hice una pausa hoy, me quedare aquí dos días mas.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Amor se llama el juego

Hace demasiados meses que mis payasadas no provocan tus ganas de reír.No es que ya no me interese, pero el tiempo de los besos y el sudor. Es la hora de dormir.
Duele verte removiendo la cajita de cenizas que el placer tras de si dejó, mal y tarde estoy cumpliendo la palabra que te di cuando juréEscribirte una canción.
Un dios triste y envidioso nos castigó por trepar juntos el árbolY atracarnos con la flor de la pasión por probar, aquel sabor.

El agua apaga el fuego, y al ardor los años, Amor se llama el juego en el que un par de ciegos Juegan a hacerse daño, y cada vez peor y cada vez más rotos y cada vez más tu, y cada vez más yo Sin rastro de nosotros.
Ni inocentes ni culpables, corazones que destroza el temporal, carnes de cañón. No soy yo, ni tú, ni nadie son los dedos miserables que le dan Cuerda a este reloj. Y no hay lágrimas que valgan para volver a meternos en el coche Donde aquella noche en pleno carnaval te empecé a desnudar.

El agua apaga el fuego, y al ardor los años, Amor se llama el juego en el que un par de ciegos Juegan a hacerse daño, y cada vez peor y cada vez más rotos y cada vez más tu, y cada vez más yo sin rastro de nosotros.

J.S

domingo, 2 de noviembre de 2008

Hotel.

Recuerdo que era noviembre. Si, ese mes era, porque recuerdo que en la recepción del hotel condenado a dos estrellas al que fui me robé de la ofrenda un dulce.
A la señora que mostraba los estragos del desvelo en su rostro le pagué el peaje barato que me daba la entrada al paraíso, ella me asignó el cuarto numero siete y entonces pensé: — Es el número de la suerte. Desafortunadamente olvidé por error el nombre de aquel lugar, templo del morbo y descanso para los viajeros pobres en busca de nada. Sólo se que estaba ubicado en el callejón Pino Suárez, son de esos que casi nadie camina en las horas del desvelo. El hotel era de cuatro pisos, con luces de neon en la recepción, misma que tenia espejos colgados en cualquier espacio en la pared y un anuncio de Coca-Cola en una lamina oxidada.
Mientras subía las escaleras estaba pensando si lo que iba hacer a mi edad era lo correcto. Entonces para no hacerle caso a la moral encendí un cigarro de mi cajetilla nueva. Al llegar al segundo piso caminé por el pasillo sombrío y abigarrado, a consecuencia de los nervios la llave de la habitación se me cayó antes de meterla al cerrojo.
— Mierda — dije—.
Las levanté y a continuación me dispuse a abrir la puerta. Al entrar al cuarto encendí el apagador y me encontré de frente con un ambiente triste, con una cama compartida con tantas gentes, con un olor a nada, con el cementerio exacto de amores claudicados y el lugar de receso de aventuras fervientes. Me encontré con el espacio vacío de mil vidas vividas. En el cuarto de hotel había dos sillas, una cama individual, un baño pequeño y un buró de madera apolillado con un cenicero con el nombre de otro hotel. Deslicé las cortinas de la ventana y miré hacia la calle y me distrajo un gato negro que me miró fijamente. Tuve que alejarme de la ventana por aquella sensación que me dio al ver al gato. Me acosté en la cama y para entonces encendí otro cigarro y evoqué algunas aventuras que años atrás realicé en cuartos como este con tanto fervor. No había notado que un espejo se establecía en el techo, justamente arriba de la cama, creo que para elevar los egos de los amantes de una hora. Me sentí un poco avergonzado por estar mas solo que un espantapájaros en el lugar más indicado para realizar el ejercicio básico de buscar en el sexo las sobras de los amores caducados.
Para entonces mi celular sonó al ritmo de Barbie súper Star de Joaquín Sabina.
— Hola — dije —.
— Te habían dicho que estás loco — agregaba ella — a tu edad como se te ocurren
tantas pendejadas.
— Vas a venir ¿Si o no?
— Esta bien, en cinco minutos llego — finalizó Isis—.

En la puerta, con una puntualidad estricta se escucharon los llamados de Isis. Me apresuré a abrirle la puerta y cuando la vi le dije:
— Tu puntualidad me asusta.
— No todos somos como tú de impuntuales.
— Te ves terriblemente bella — apunté—.
— Dime algo que no sepa — dijo con desden ella—.
— ¿Y dime como supiste en que cuarto estaba yo?
— Pregunté por ti en recepción, eres el único pendejo que viene a un lugar como este y solo.
— Se llama hotel Isis, y ahora tú estas conmigo, pasa.
Ella entró al cuarto y apenas se atrevió a mirar el lugar. Isis no lucia tan hermosa como le dije, pero para ser sincero si era muy bonita. Llevaba puesto un vestido de gala color lila escotado de una sola pieza, unas zapatillas doradas que combinaban con su bolso de mano, el aroma de su perfume de Carolina Herrera que tenia impregnaba un olor diáfano a flores frescas, su cabello lo tenia suelto, y las uñas de sus manos eran perfectas, con sus ojos de atardecer y su maquillaje sutil mostraba su belleza al natural; una belleza de Caribe, diría yo. Isis se acomodó en una silla mientras yo la miraba aun ubicado detrás de la puerta sin saber que decirle.
— ¿Quieres que pidamos unas cervezas o una botella de tequila? — me preguntó —.
— Tequila, hoy no tengo ganas de vomitar.
— Me parece bien.
— Espérame un momento bajaré a pedir la botella y unos vasos y hielo— le dije—.
— Toma mi tarjeta de crédito, es que no tengo mucho efectivo— agregó ella—.
— No jodas, ¿Crees que en un lugar como este aceptan tarjetas de crédito?
— No verdad.
— No.
— Perdón no te enojes, además esta noche contigo no quiero pelear, hoy no. — me dijo Isis—.
— No te preocupes no lo haremos.
Ella me sonrió sinceramente y entonces salí de la habitación y bajé comprar las cosas a la recepción.
Antes de partir de nuevo al cuarto la señora me preguntó sin miramientos; ¿Quiere usted condones joven? Me detuve un momento a pensar en lo que me había preguntado, y saliéndome de la abstracción me atreví a lanzarle la respuesta tímidamente: No, gracias.
Cuando llegué al cuarto Isis me dijo que esta noche podría ser muy larga. Después nos
servimos el tequila con refresco acompañado por un par de peces de hielo. Brindamos y nos bebimos la primera copa en un sólo sorbo. Saqué mí cajetilla y encendí un cigarro.
— ¿Quieres un cigarro?
— No, gracias ya dejé de fumar.
— Me parece perfecto— le dije—.
— Gracias por preocuparte por mi salud — me agradecía —.
— No era eso. Digo que me parece perfecto que ya no fumes, así no tendré que compartir mis cigarros.
— Eres un idiota — finalizó Isis—.
Si ella me hubiera preguntado el motivo por el cual estaba conmigo en un hotel, yo no hubiera encontrado la justificación adecuada que me exonerara de cualquier cargo con culpa. Sin embargo sabia con mucha lucidez que este lugar era el idóneo para que los dos estuviéramos solos, mas unidos que nunca, este hotel de mala muerte para mi era la boca de Dios. Ahí no había nada de prisas, miedos, muertes, hambre, mentiras, menstruación. No alcancé a notarlo antes pero vislumbré que en el dedo medio de la mano izquierda tenía un anillo de oro, ella notó que mi vista descubrió su prematuro secreto, mientras se lo sacaba del dedo me dijo:
— Justamente hoy me pidió que fuera su esposa.
— Tú lo has dicho Isis, justamente e inconvenientemente hoy.
— Aun no sé si lo amo.
— ¿Es abogado verdad? — le pregunté—.
— Si — contestó un poco confundida—.
— Dicen que los abogados saben poco de amor, pues el amor se cohíbe en los juzgados — agregué—.
Entonces ella se atrevió a decirme el mejor piropo de toda la noche: — Eres un hijo de puta.

No podría creer que esa mujer que no pasaba de los veintidós años tuviera una propuesta tan indecorosa como la propuesta del matrimonio. Nos servimos otra copa de tequila, y algo había ahí que me inspiraba el desgarramiento de mi timidez.
— Fúmate un cigarro, te hará bien— insistí—.
— Creo que tienes razón, dame un uno.
Yo había sido el culpable de que ella aprendiera a fumar. Años atrás una noche, en un portón que no era el de su casa ni el de la mía le confesé inoportunamente que me gustaba, le propuse de la manera menos indicada que fuera mi novia, Isis por esos años no se atrevió a responderme, sólo me pidió un cigarro y sin darnos cuenta entre los dos nos acabamos una cajetilla hablando de lo que sentíamos. Desde ese momento comenzó a fumar.
— ¿Porqué lo nuestro no funcionó?
— Tú lo arruinantes — afirmó ella—.
— ¡Yo!
— Si tú compañerito. Éramos buenos amigos, nos entendíamos, me escuchabas, me escribiste poemas. Pero después los dos no nos aguantábamos, discutíamos mucho, por culpa de nuestro carácter que son incompatibles. Además que le gustabas a mi prima.
— Mierda no sólo fue mi culpa, usted señorita también la cagó. Eras un crucigrama para mí. Además no exageres sólo te escribí dos poemas — aclaré —.
— Mejor cállate, no quiero discutir contigo como siempre. Además te informó que hubo otra cosa por la que no fuimos novios, ese pequeño detalle fue el hecho que eras muy mujeriego— añadió con remilgos—.
— No jodas Isis, te repito hasta la noche de luna que Merari sólo era mi amiga.
— Por favor francisco no me hagas reír, eres hasta descarado.
— Te informo que ya soy mas maduro que antes.
— Esta bien — dijo ella—.
La noche se hacia mas vieja, y las horas del desvelo y de los excesos hicieron acto de presencia en los cuartos vecinos. Me levanté de la cama en donde estaba sentado y tomé el cenicero lleno de colillas y lo vacié en el cesto del baño. Isis se sirvió otra copa de tequila y empezó con su clásico jueguito de halarse el cabello, luego me miró, cruzó las piernas y sensualmente me pidió que le encendiera el cigarrillo. Lo hice mientras me temblaban las manos. Después me senté en la cama y me quité el abrigo, ella tuvo el descaro de invadir mi espacio y se sentó en la cama, junto a mí. Sabía que ese acto de locomoción correspondía al evento pronosticado por el cual estábamos en aquel lugar. Isis me tomó de la mano y me susurró sin preámbulos al odio:
— Háblame de ella, de la bella.
— Me estremecí.
— No — apunté con autoridad—.
— Ha estas horas aquí, eso seria lo mas decente y romántico — me dijo—.
— Te puedo contar de muchas cosas; de la puta de mi vecina, de las preocupaciones que no tengo, te puedo hablar de literatura, de los abogados y hasta de política, pero por favor no me pidas que te hable de la bella.
— Es ahora o nunca — sentenció—.
Cuando me disponía por fin hablarle de la bella el momento fue destemplado por los ruidos que venían de la puerta. Presuroso atendí el llamado. Cuando abrí la puerta lo reconocí a primera vista aunque se hubiera dejado el cabello largo, era César y le dije:
— Carajo hubiera preferido que me partiera un rayo.
— Buenas noches Julianito — dijo con ánimos de fiesta—.
— ¿Y tú impúdico animal adicto a la inmoralidad como supiste que estaba yo aquí? — le pregunté —.
— Me llamó a mi móvil Isis, y me dijo que viniera. Cabrón se que te gusta dejar nombres falsos, pero el que dejaste esta vez en recepción me pareció muy gay, no mames “Julián”, que maricon me saliste — me dijo burlándose César—.
Isis se rió brevemente y a continuación César pasó y nos preguntó que carajos hacíamos los dos solos en un hotel, con tequila, cigarros, y cuestionó por ende el porque Isis estaba en la cama sentada despeinada y yo sin mi abrigo. No le di explicaciones ni ella tampoco.

— ¿Que hacemos para que valga la pena este desvelo? — preguntó César—.
— Quiero que “Julianito” — decía Isis mientras se burlaba — nos cuente ahora si de la bella.
— No hay gran cosa que contar, porque no mejor nos emborrachamos hasta perder el conocimiento — propuse—.
— Ni madres cabrón. Tú algo tienes, desde que regresaste de Xalapa estas más raro que de costumbre — me dijo César—. Tienes que contarnos acerca de la bella.
— Sabias César que Isis se va a casar — interrumpí—.
— ¿En verdad?
— No mames cabrón, no cambies el tema — apuntó Isis enfadada—.
— ¿En verdad te vas a casar Isis? — volvió a preguntar César—.
— Según ella, pero cometería un gran error si se casa con él, ni siquiera esta convencida de hacerlo — agregué—.
— Si estoy convencida, pero aun no se si lo amo — dijo Isis confundida—.
— Ves Cesar lo que te digo, como entender a las mujeres si ellas mismas se contradicen. Esta mujer, ¿Acabas de escuchar su confuso argumento?
— Los hombres son unos pendejos, ustedes tienen en su naturaleza la capacidad de arruinarlo todo y precipitar los hechos con sus prisas — aclaraba ella— si las cosas salen mal nos culpan. Nosotras siempre pedimos a hombres que nos escuchen, que sean tiernos y que nos hagan sentir respetadas y amadas.
— ¿Entonces por que luego andan de novias con cada barbaján? — preguntó Cesar—.
— No les digo que los hombres son unos brutos, eso es lo que “pedimos”, pero no muchas veces es lo que necesitamos, lo que queremos es un hombre que nos haga sentir mujer en todos los aspectos — nos dijo Isis —. Pero claro también tienen que ser tiernos y amarnos.
— No mames de cual te fumaste Isis, como es eso que lo que piden las mujeres a veces no es lo que necesitan — dijo mi amigo —.
— Yo si lo entiendo. Las mujeres son un misterio, un dulce misterio, por eso me gustan tanto — finalicé—.
Para entonces César se había servido una copa de tequila, encendió un cigarro y caminó rumbo a la ventana y contempló la avenida desabitada, por mi parte me recosté en el hombro de Isis y me sentí más cómodo, ella deslizó su mano en mi antebrazo y se sorprendió de la suavidad de mi piel. Mi amigo se bebió otra copa de tequila y encendió otro cigarrillo. Tenia claro que aquel cuartucho mismo que estábamos compartiendo con tantas gentes que alguna vez estuvieron antes que nosotros, el cual se acostumbró por el paso de los años a escuchar innumerables historia ya caducadas por el tiempo tenia en amparo a un trío de seres humanos que no encontraban un escaparate maravilloso para ser felices a plenitud.
— Saben me estoy acordando de La canción de las noches perdidas de Joaquín Sabina — dije—.
— Tú y tu puto Joaquín Sabina ya me tienes harto con ese maricon — apuntó César—
— Dinos si siempre nos vas a contar de la bella.
— Si, pero no toda la historia, prometí que seria lo que vivimos ella y yo un secreto.
— Que político me saliste — dijo César—.
— A mi me parece romántico — apuntó ella—.
Enseguida les empecé a narrar mi historia, omitiendo en verdad muchos detalles y eventualidades que prometí no contar. Entre algunas cosas que les dije fue que nos fumamos dos cajetillas, por igual forma les conté que mientas caminaba con ella de la mano y la besaba mi alma desvariaba de alegría, que con tan sólo respirar su cuello lugar de paz y de sus lunares yo me sentía insultantemente feliz. También agregué que bailamos salsa en la calle y que le regalé una rosa en el café que frecuentamos y que tuvimos el acuerdo gentil de enviarnos cartas por el correo postal.
— Que romántico — me dijo Isis mientras me tomaba del hombro—.
— Que loco eres — concluyó mi amigo—.
Después escuchamos unos alaridos de placer que provenían del cuarto vecino, Cesar se apresuro a abrir la puerta y atento escuchaba los gemidos intermitentes. Isis se empezó a carcajear y yo reprimí a mi amigo, a él no le importó lo que le dije, por eso le hice la broma de tocar la puerta del cuarto del placer y corrí a prisa a nuestra habitación y cerré la puerta dejándolo a fuera. — Eso le pasa por caliente, le dije a Isis.
Entre ella y yo nos acabamos lo que sobraba de la botella, impasibles a las rogativas de Cesar por entrar. Que noche tan inesperada y hasta extraña la que pasamos en ese hotel de dos estrellas. Todo estaba bien, hasta que Isis rompió el encanto.
— Mierda, no puedo ser todas las mujeres en una. Mi madre desea que fuera mejor hija, que fuera mejor estudiante, y ahora me presionan con eso del matrimonio. Necesito un espacio para mí. Sabes por eso también acepte tu invitación.
— No quiero te pongas triste, tu eres una gran persona con una capacidad intelectual y espiritual inmensa sin lugar a dudas puedes con esos menesteres — le dije—.
— No es que no me sienta capas, simplemente que tengo un poco de miedo a despertar agresivamente a una realidad que desconocía — me dijo—.
— Sabes que cuentas conmigo, yo te quiero mucho.
Ella me miró como ya hacia tiempo había dejado de mirarme. Yo la tomé de la mano y entonces cuando todo era sublime, Isis vomito. Yo me alejé de ella y corrí a abrirle la puerta a César.
— ¿Adónde esta Isis?
— En el baño.
— Vomitando.
— Si.
Yo me sentía un poco confundido, y por igual estaba sintiendo los estragos del tequila y del desvelo, eran las cuatro de la madrugada.
— No dejo de pensar en la bella.
— ¿En verdad?
— Si. Estoy demasiado involucrado, la quiero mucho, la quiero volver a ver.
— ¿Y no estarás bautizando de amor, lo que de seguro es compañía? , tal vez es como las demás mujeres de mentirosas — me dijo—.
— No creo. Yo se que aun hay mujeres que valen la pena por estos días en este mundo tan convulsionado. Es especial. No se explicártelo pero en un día normal, nosotros dos lo hicimos especial, fue una magia mutua que no estaba planeada y que más sin embargo se apareció. Fue sencillamente maravilloso haber compartido un pedazo de mi vida con ella, con la bella.
— Ojala.
Para entonces Isis había regresado y empezamos a contar un poco de nuestras vidas vividas en un tiempo de hace años atrás. Al terminar la reunión en un amanecer azul, nos despertamos a la realidad y dejamos aquel cuartucho de hotel que guardaría por el resto de su vida esa noche mágica y sensacional que pasamos.
— ¿Porque escogiste como reunión un hotel? — preguntó ella—.
— Digamos que para mi son los lugares mas oportunos, solos, grises, esporádicos, y en donde todos vienen con la seguridad que una mañana al despertar no se acordaran de nada— respondí— es un lugar que ami me gusta por que ahí la soledad te da las alas para volar al mundo de la literatura, es algo muy raro, para explicar.
— Acuérdate que fue en noviembre que venimos — dijo Cesar—.
— Si.
— ¿Y como se llama este hotel? — preguntó mi amiga—.
— No, eso si no lo preguntes — le dije—.
— ¿Porque? — Preguntó Cesar—.
— Porque la memoria luego encuentra caminos de regreso.






F.R.H
2 de noviembre del 2008.

jueves, 30 de octubre de 2008

Delirium TrEMENS

Y ya que me preguntas te diré Que se lo que es tener Catorce 14 años y estar muerto, lobo de mar anclado en la ciudad Cansado de olvidar una mujer en cada puerto. Impúdico animal sin pedigrí adicto al elixir del corazón de las botellas, misógino aprendiz de seductor que canta rock and roll para exigir a las estrellas.Ojos que aprendan a mirar, labios que quemen, sabios que enseñen a besar, delirium tremens. Hijos de la necesidad, lluvia de semen, maltrátame por caridad, delirium tremens. Y ya que insistes déjame añadir que se lo que es dormir desnudo, en cama y esposado, a la intemperie de la multitud clavado en un a cruzcon un ladrón a cada lado. Viajando del jamás al que se yo como un Indiana Jones por los suburbios de la luna, conserje de la Torre de babel rapsoda de burdel que busca en todas y en ninguna. Ojos que aprendan a mirar, labios que quemen, sabios que enseñen a besar, delirium tremens. Maltrátame por caridad, Lluvia de semen,¿En que otros brazos hallarasdelirium tremens? Telarañas en la ropa, tigres en el balcón, alacranes en la bocaMiedo en el corazón. Maldito seas, Satanás, quítate el antifaz,En ese espejo no cabemos los dos. Ya me se todos los cuentos, rechace los sacramentos, renegué del Viejo Bob. Vague por cientos de ciudades, Me conocen el los bares,Pero no saben quién soy.Hay un palacio en el infierno construido sobre el fuegoDonde reina el reyDe los que temen. Cae rodando un niño Por las escaleras del delirium tremens.
j.S

miércoles, 29 de octubre de 2008

Nota de un dia feliz.


Uno nunca sabe cuando puede llegar hacer feliz.

Muchas veces he escuchado y visto que la mayoría de los niños ponen sus buenas notas en la puerta del refrijerador, es como un ejersicio que eleva claramente el ego del individuo.
Por su parte los abogados tienen sus diplomas colgados en la pared, los artistas tienen sus reconocimientos, los atletas tienen medallas, los actores un Oscar, los boxeadores tienen cinturones, los futbolistas trofeos, los escritores el premio Noble. Los secuestradores sus recompensas, los caballeros sus doncellas, el trabajador sus vacaciones, el curo su iglesia llena, el cenicero cigarros, la puta clientes, el tímido sus nervios, el mentiroso un idiota que lo llame sincero, y la guerra tiene paz.
Cada uno obtiene algo de la vida, y espero que usted no lo vea con una ambición, --digame algo lector -- ¿ A poco se puede jugar un juego donde todos seamos malos, o anda dar sin caer, o vivir sin consecuencias?? verdad que no .... eso me suena tan gris y simple como ver en las películas que los buenos siempre ganan. Yo por eso no me entrego aun a la melancolía, este pez flaco le da de comer a la ironía, ya saben si un día me tocan la razón;me pintaran en rojo.
Por eso hoy no les voy a presumir de mis reconocimiento y malas notas en la escuela.
hoy solo quiero dejar esta Nota para una gran mujer:
Nota Un Dia feliz: " Gracias por haberme demostrado lo hermosa que es junto a ti la vida exactamente hace un mes, hoy no existe nada que me apage mi instinto de quererte tanto"
atte; yo. " M. la mujer mas guapa que cualquiera".

viernes, 24 de octubre de 2008

Diario de un peaton.

En la madrugada con un frío del carajo me despedí de mi madre, subí al taxi que puntualmente había llegado a la hora que se pactó 5:40am, alcancé a decirle a mi madre antes de marcharme <<>> Ella me miró y cruzada de brazos me lanzó un gesto de complicidad.
Mientras el taxi discurría por el pueblo observé las calles vacías y una madrugada que ostentaba para los rumberos el regocijo extraordinario de la noche anterior del antro, cuando llegamos a la zona céntrica vislumbré a un par de tipos que se habían divertido mas de lo debido, uno de ello se detuvo a vomitar; descargando los excesos de la fiesta.
— Mierda, esos podríamos ser mis amigos y yo — pensé desilusionado—.
El taxista tuvo la buena idea de no hacerme plática, éste señor canoso y de espalda ancha se apresuró a poner en su estero una canción optimista de Diego Torres que decía más o menos así Es mejor perderse que nunca embargar, mejor intentar que dejar de intentar/ color esperanza. Cuando llegamos a la estación de autobuses creo que hasta el panteón era más divertido que la misma, tuve las ganas de fumar, pero recordé que una cajetilla de cigarros comprada en una estación de autobuses era un gran pecado a la economía. En la ventanilla pedí el asiento número 9 que según la astrología china es mi número de vida y de buena suerte. El viaje demoró más de lo que había pronosticado, los intermitentes ronquidos de mi vecino de viaje mermaron mi sueño, pero gracias a eso observé el amanecer majestuoso en el puente de Alvarado en donde los rayos del sol se acostaban sobre el mar. También escuché en aquel viaje casi toda la vida de una anciana que nació en 1925 y que evocó en una tertulia viajera todos sus recuerdos hasta el año 2008.
Después de tres horas llegamos a la ciudad de Xalapa, había emprendido el viaje para asistir a la Feria Internacional del Libro Universitario que se organizó en esa ciudad. Creo que asistí por pura coincidencia y tentativas del destino, fragué el viaje con dos semanas de anticipación y, según yo y mi amigo seria un viaje de placer, de excesos y de libros. Pero el muy cabrón no ahorró el dinero pertinente, y por eso después tuvimos la idea sensata de irnos mejor a Orizaba, yo llevaría las llaves de la casa de mi abuela, la cual estaba desocupada y acta para dar asilo a un par de canallas buscadores de fiesta y mujeres. Luego recibimos la invitación de Carlos, un cronista amigo que nos pedía que lo acompañáramos a Tuxpan al congreso crónico de ese mes, tenia la certidumbre que nada cultural nos esperaba allá, eso si, como cuatro botellas de brandy, y una de tequila y como seis cajetillas de cigarro y un puto desvelo de lujo. Nos tentó por completo la esa idea de excesos. Eso era lo mejor. Pero el destino hizo gala de presencia y tres días después recibí un e-mail de Carlos diciéndome que se cancelaría el congreso y por su parte César me dijo que tendría gastos inesperados y no viajaría conmigo a ninguno de los lugares puestos al menú de las aventuras. Como uno nunca sabe adonde va a parar decidí mejor mandar al carajo a ambos y me embarqué en el primer carro rumbo a Xalapa, solo, eso si, pero con el milagro de no tener un futuro realizado.

Al llegar a CAXA para que el cansancio fuera mermado y el sueño desapareciera me tomé una taza de café ideal para despabilar al cuerpo y mente. Sentado en la cafetería observé en el reloj digital que colgaba del techo que eran las 9:40am y sentía que tenía el tiempo para hacer de todo. Estábamos pocos en la cafetería, a mi derecha un especie de Hippie estaba bien acompañado por una rubia fea, y enfrente de mi estaba una anciana junto a su nieta, ella si era linda, no pasaba de los diecisiete años, tenia las mejillas rosadas y una valeriana en la cabeza, unos convers cuadriculados rosas, y estaba entretenida degustando su helado hasta la ultima gota del mismo. Yo ordené un sandwich y al instante recordé que tenía el dinero contado y tenía que adminístralo de la mejor manera. Después procuré que la chica de enfrente me mirara y así lo conseguí, la miré el tiempo disponible y ella no supo que hacer, noté su nerviosismo. Su abuela decidió ir por su desayuno, dejando en ese acto de locomoción el espacio intacto y bien desocupado para que yo, el peor Latín Lover del barrio, entrara a ocupar una plaza en el paraíso junto a ella. Pero no lo hice, sólo acerqué mi imaginación pero no mi cuerpo. Su abuela regresó, pagó la cuenta, se pararon y se fueron perdiéndose entre la multitud.
A continuación salí de la estación y pasé por una plaza en donde vendía una cantidad de libros, que si yo hubiera tenido el dinero suficiente me hubiera comprado uno. Abordé un taxi que me llevó al Museo del Transporte, cuando observé el recinto quedé deslumbrado, yo sabia que en ese lugar encontraría lo que tanto había buscado.
Bajé las escaleras de la entrada principal y caminé por el pasillo mirando a mis alrededores; divisé el cartelón del FILU que colgaba de un póster y que mostraba a Carlos Fuentes, Octavio Paz, Emilio Carballido, Prof. Gonzalo Aguirre Beltrán y ha Dagoberto Guillaumin. En esa mañana del 20 de septiembre había pisado por primera vez el Museo del Transporte, el sol alumbraba al inmueble y el frío esperado en la ciudad fue opacado por los cambios intempestivos del clima. Yo un fulano recién desempacado de la cuenca del Papaloapan, tenía las más grandes convicciones de lograr encontrar una editorial que me diera la oportunidad de mostrarle mi trabajo literario, sabía que también que el lugar estaría lleno de libros, escritores y de casas editoriales.
Al entrar una señora me dio un par de boletos disque para que participara en una rifa que organizaba el evento, después me dirigí inmediatamente hacia la exposición de Emilio Carballido e hice en menos de cinco minutos una columna para el periódico donde trabajaba, al girarme hacia la derecha vislumbré a una rubia insultantemente bella que saludaba con delicadeza a los tipos con los cuales ella compartía una tertulia.
— Que carajos, una así y me caso, pensé.
Saqué de mi mochila trotamundos el programa del evento y me enteré que en el salón 1 se exponía La mesa redonda de Literatura y los Blogs que fue presentada por Pedro Ángel Paulo, Sandro Cohen, Patricia Souza, Magda Díaz y Morales y Marco Tulio Aguilera. Los expositores debatían acerca de esta evolución del blogs en el Internet y las consecuencias a futuro que tendría el libro en esta blogosfera. Así con las melancolías y preocupaciones de un pasado tan añejo Sandro Cohen se refirió al cambio tan brutal que ha puesto en jaque al mundo tan nítido para convertirlo en una masa de prisas, miedos, inseguridad, de tarjetas de crédito, de ropa cara y de desaventuras que la misma utopia ha implantado en esta sociedad sin consuelo. La peruana Patricia Souza se inclinó por los nuevos métodos de escritura, los blogs. Por su parte la gentiliza y amabilidad de Magda Díaz y Morales cautivo a los espectadores, ella era una anciana que de igual forma estaba envuelta en las sábanas inmaculadas de la literatura. Pedro Ángel Palou, poblano irreverente y erudito en el arte del mundo de la hoja en blanco acaparó más la atención de los periodistas, también bromeó con el publico y dijo que en Guadalajara las aulas son muy concurridas, pero nadie se acerca al escritor con un libro del autor bajo el brazos, piden autógrafos pero en hojas, y toman fotos, si ni quiera saber de que carajos trata el libro.
Mientras los expositores daban sus charlas, caí en la cuenta que mi madre tenia mucha razón, debí de haberme vestido mas formal de lo que se suponía, ya que me había plantado en aquel sitio con un pantalón de mezclilla azul sutilmente deslavado a consecuencia de lo viejo que se estaba poniendo, llevaba puesto una camisa cómoda y un abrigo ligero, y unos zapatos negros prestados muy de moda por esas fechas, y mi cabello crespo estaba peinado a voluntad del viento, también tenia una mochila en la espalda, la cual guardaba mi libreta, un lapicero, y borradores de columnas que hacia cuando me sorprendían los encantos de un buen tema que me cautivaba. Total que mal vestido o no, debería de conseguir en ese salón una entrevista con algún escritor de aquella conferencia. Saqué de la mochila una pequeña libreta y una lapicero y mientras escuchaba de los cambios contundentes de la literatura en este nuevo siglo, vislumbré que en la primera fila se encontraba una chica que sin lugar a dudas era una reportera, llegué hasta ella y le susurré al oído — ¿Vas hacer una entrevista?, si, contestó. Total que me puse de acuerdo con ella para que al terminar ambos lográramos nuestro propósito de obtener una buena entrevista. Nunca había entrevistado a alguien, pero para verme seguro con mi colega mentí diciéndole que era un experto en esos menesteres.
De pronto noté que la rubia que hace un par de minutos me había cautivado en los pasillos del museo se encontraba establecida en la primera fila de la otra sección de las sillas. La miré por un instante, como reconociéndola, y continúen fraguando las preguntas que les tenia que hacer a los entrevistados.
— Alguien quiere dar su opinión o quiere hacer una pregunta — apuntaron los expositores —.
Sabía que este era el momento justo para lanzar mis preguntas.
— Yo tengo una — dijo la rubia de la primera fila con toda seguridad adelantándose a los demás, el joven que se encargaba del micrófono se dejó seducir por los encantos de ella y de inmediato le cedió la palabra.
— Las mujeres como esas de seguro no tienen nada en la cabeza, de que quiere hablar ¿De sus tarjetas de crédito? o de sus compras en Liverpool — pensé—.
Me equivoque. Aquella mujer de belleza eminente resultaba ser una inteligente Eva, habló con gran convicción acerca de los blogs y los cambios de la literatura en este nuevo siglo, y hasta dijo que ella escribía y tenía un Blogger en la Web, yo quedé sorprendido, y hasta me sentía un pendejo por adelantarme a los hechos, de juzgarla sin saber que era en realidad ella. Ni modo.
Después una brasileña que hablaba un español con tropiezos tomó el micrófono y así participaron más de tres personas y yo nunca me atreví a tomar la palabra. Cuando llegó el final del evento de La mesa redonda de Literatura y los Blogs, algunos espectadores buscaron la salida y otros se abalanzaron hacia los escritores, la chica periodista me lanzó una mirada que yo comprendí que era la señal clara de abordarlos, entonces tomé los recursos más inmemoriales del periodismo al coger mi libreta y mi lapicero. Debo de ser sincero y decir que sólo conseguí entrevistas con Pedro Ángel Paulo y Sandro Cohen, ya que Marco Tulio me mandó al carajo y prefirió las luces y tentativas de la televisión, a Magda y a Patricia las perdí de vista entre la muchedumbre.
Al salir de la conferencia me topé con un tipo que a leguas se veía que era dos años menor a mí, frustrado me dijo que era estudiante de periodismos en la U.V y sin miramientos agregó que los escritores son unos hijos de puta, no pude evitar soltar una carcajada, él estaba colérico por no le dieron la oportunidad de otórgale una entrevista, — Yo agregué, — A esos es mejor no hacerles caso. Él no me hizo caso y volvió a decir: — Es que son unos hijos de puta.
Me alejé de él y busqué una cafetería en donde me compré mi cajetilla de cigarros, después de concluir mi propósito discurrir por el pasillo principal y al final del mismo fui testigo de una galería de cuadros al óleo que se exponían, una gringa me pidió que le tomara una foto para el recuerdo y al terminar de efectuar mi favor, me dio las gracias en un ingles de primer mundo. Luego entré a un recinto donde estaban todas las editoriales y una gran cantidad de libros a la venta. Sentí en ese instante un gran fervor al observar aquellas obras magistrales de la literatura hispanoamericana, y también mundial. El primer libro que ojeé fue el de Sabines Yuria/Tarumba de Juan Rulfo El llano en llamas de Carlos Fuentes La región mas transparente de Mario Vargas Llosa Las travesuras de la niña mala, y Libertad bajo palabra del orgullo mexicano, Octavio Paz, el premio Nobel. Obras de Neruda, Borges, Emiliano Pérez Cruz, José Revueltas, Emilio Carballido y de Elena Poniatowska también ocupaban un lugar privilegiado en los Stans de las editoriales. De igual forma encontré libros de Kafka, Hemingway, Wiles y Shakespeare. Estaba maravillado en esos momentos, tanta literatura había ahí, que me que dolían los ojos. De pronto camino un poco más y me veo sorprendido por la ilustre y soberbia colección de las obras del señor Gabriel García Márquez. — ¡No mames, me cago, puta madre tienen toda la colección!—, dije al borde del delirio. Era un sentimiento casi orgásmico el que sentí cuando toqué, leí y olí sus libros, desde Las hojarascas hasta Memorias de mis putas tristes, todos.
Deambulé por los pasillos de todas las editoriales, al terminar mi primer recorrido me detuve en una entrada que daba con el pasillo principal del museo, justo ahí sin nada mas que hacer, contemplé de espaldas a la rubia que me había sorprendido con su manera tan sublime de hablar de la literatura. Vislumbré que llevaba un short negro elegante y medias del mismo color, una blusa azul que ostentaba su aura angelical y sus cabellos de azabaches eran de inmaculada y observé lo más importante: que estaba sola.
La abordé con las peores intenciones, mi único fin (Nunca supe porque) era búrlame de ella con respecto a mis suspicacias de saber si en realidad una mujer como ella escribía, utilizar mi sarcasmo. Con arrogancia impasible le pregunté:
— ¿A poco tú escribes?
Ella volteó hacia mí y con amabilidad y un tanto desconcertada dijo: — Si.
— ¿En verdad, no puedo imaginar que tú escribas?
— Por qué dices eso.
— Es que una mujer como usted, se me hace raro. Cuando la vi por primera vez no imaginé ni encontré un pretexto perfecto que me explicara porque una mujer con pinta de fresa y delicadeza estuviera en un evento literario, pero me sorprendió cuando tomó el micrófono y empezó hablar de esos menesteres sublimes. Se ve que eres inteligente y discúlpame por pensar eso de ti — le dije—.
— Ella sólo rió.
Comenzamos a parlarnos después de disipar los estereotipos mundanos que nos regala la primera impresión. Era una conversación amena, junto a ella percibí que su olor corporal desprendía un aroma diáfano a primaveras, mas de cerca observé sus ojos dulces y ligeros que eran otra expresión literal de la belleza. Llevaba también un sutil piercing sexymente colocado en la parte derecha de su nariz. Desprendíamos risas, y brevemente le conté del propósito de mi viaje y de las desaventuras que tendría a futuro en Xalapa ya que no contaba con mucho dinero y estaba solo en la ciudad. Igualmente le comenté que era un reportero lego y con miras hacer un gran escritor, ella atenta escuchaba, de pronto y no se porque, sacó de su bolsa de mano su tarjeta de presentación, misma que me mostraba que era ella una abogada y que su nombre era Eva.
— Cuando termines tu libro me puedes llamar y yo te ayudo a registrarlo.
— Ah me parece perfecto.
Tuve ganas de invitarla a fumar a fuera del lugar y a largar mas la plática, pero el fantasma de la timidez se me apareció y solamente le pedí su encendedor y encendí el cigarrillo, le dije que había sido un gusto en coincidir con ella, le estiré la mano, la miré y me despedí de Marisa.

Sentado a fuera del museo y viendo la fuente me entretenía del tedio fumando, uno tras otro. Ahí conocí a un tipo de Durango que tenia una boina francesa en la cabeza y unos dientes amarillos grandes, su barba y su cabello largo lo ostentaban como un guerrillero de la Sierra Maestra, conversé con él brevemente y después se marchó. A continuación coincidí con la escritora Magda Díaz y Morales que muy pasible fumaba sin prejuicio alguno.
— Somos hijos de la necesidad — le dije a la señora Díaz y Morales refiriéndome al cigarro —.
Ella amablemente sonrío y me pidió fuego, yo me apresuré a encenderle su cigarro con el mío, ya que carecía de un encendedor.
A fuera, en el exilio de la sociedad nos encontrábamos los fumadores fumándonos la manzana prohibida, ya que el gobierno aprobó la nueva ley acerca del cigarro y los lugares propicios para fumar. Sin darme cuenta me explayé con Magda en una conversación de literatura, minutos más tarde apareció la escritora peruana Patricia Souza acompañada de su esposo y ellos por igual se unieron a nuestra plática.
— Hay hijo mío, ya se que amas a García Márquez, pero para mi y para muchos el mejor escritor de América Latina es Juan Rulfo— me dijo—.
— Yo no dije nada, sólo me reí sutilmente.
— ¿Hoy le toca venir a Carlos Fuentes verdad? — preguntó Patricia—.
— Creo que si, que maravilla, él es un viejito muy guapo— agregó Magda—.
— Me comentaron que ayer que vino Poniatowska no muchos se alegraron, creo que fue Monsiváis el más aclamado — puntualizó el esposo de la peruana—.
— ¿Y este joven quien es? — Preguntó Patricia—.
— Es un joven talentoso y muy aventurero, imagínate se vino a Xalapa solo y con su futuro incierto, además es escritor y se llama Francisco Rico y es de… ¿De donde me dijiste que eras? — Me dijo Magda—.
— De Cosamaloapan.
— ¿Y como se titula tu libro? — preguntó el esposo de la peruana—.
— La casa de la abuela y sus cuatro generaciones perdidas, 14 cuentos a mi manera.
— Suena interesante, te deseo suerte — apuntó Magda—.
Para entonces cuatro cigarros habían perdido la vida en mis labios, Marco Tulio se estableció con nosotros y se quejó de algo que no alcancé a escuchar. Algunos curiosos me volteaban a ver, como tratando de investigar algo, entonces muy seriamente caí en la cuenta que estaba en una tertulia literal que tal vez algunos envidiaban, y que yo estaba disfrutando. — Esto me pasa por ser tan agradable, pensé.
Total que media hora después se despidieron, me desearon suerte y se fueron.
Por mi parte me dediqué a buscar las editoriales y me enfrenté al fantasma de la desconfianza que uno tienen por ser un joven desconocido, sin embargo recuerdo que sólo conmoví a seis editoriales, dos de Xalapa, una de Veracruz y tres del DF, las mas relevantes (sin faltarle al respeto a las demás) fueron la UNAM y editorial Océano.
Alrededor de las cuatro de la tarde, empecé asentir hambre. Sólo había comido aparte del desayuno, una torta y bebido dos latas de Coca-cola y mi cajetilla de cigarros ya estaba acabándose. Tenía exactamente para entonces el dinero del pasaje y como veinte pesos para el taxi.
Mientras caminaba otra vez hastiado ya por recorrer como cincuenta veces el Museo del Transporte fui tomado del brazo intempestivamente, al girar y hacerle frente al atrevido me vi sorprendido porque no se trataba ni más ni menos que de mi amiga Johary.
Ella es una mujer menuda, alegre, con ojos grandes y una de boca de tentación. Con Johary había pactado encontrarme en Xalapa y con esmero ella procuró registrarme en un hotel por si desidia quemarme mas de un día, le comenté que sólo estaría ese mismo día y que mi carro salía a las 6:30pm. Parlamos en una banca de afuera mientras fumábamos; me puso al tanto de su vida y yo hice lo mismo. La hice reír con mis comentarios estupidos, y hablábamos de todo un poco. Le agradecí por irme a buscar, ya que me sentía un tanto aburrido y exiliado de los demás. La abrasé y le di un beso en la mejilla.
— ¿Tienes hambre?
— No, ya comí — dije—.
— Pues yo si, me acompañas a comer.
— Claro.
— No vas hacer otra cosa aquí, si quieres nos quedamos.
— No, ya estuvo por hoy.
— Te voy a llevar mi querido Ricolino a un buen lugar a comer.
— Esta bien.
Dejamos aquel lugar maravilloso y comprendí que aquí comenzaba una historia, y fui feliz por todas las cosas que viví en tan pocas horas. Se lo agradecí a Dios.

Llegamos a un Buffett establecido en un callejón en la zona céntrica de la ciudad. Ahí comimos a placer, conversamos, fumamos y comí unas paellas deliciosas y aunque Johary me repitió como mil veces que las empanadas, que no recuerdo de que estaban hechas, estaban según ella deliciosas, yo nunca las probé. Para finalizar la buena tertulia nos tomamos un par de cervezas en un tarro, y fui como tres veces al baño.
Las palomas que discurrían por el lugar las espantaba, y Johary sólo se reía. Fue un momento muy ameno el cual pasé con una de mis mejores amigas, ya de muchos años.
Creo que yo tuve la idea sensata de preguntar la hora, y un poco preocupado le dije a mi amiga que sólo faltaban 20 minutos para que partiera mi autobús. Ella con disciplina estricta me reprimió, su actitud me recordó a mi madre. — Pobre de sus alumnos, es una maestra sexy, pero con un carácter que espanta—, pensé.
Hizo que me tomara de un sólo sorbo su ultima cerveza que estaba a la mitad, pagó la comida voluntariamente y abordamos el primer taxi que nos llevaría a prisa hasta CAXA. Creo que Johary estaba más preocupada que yo, ella le repetía al conductor que se diera prisa, yo sólo me reía, creo que me estaba poniendo pedo por las cervezas que me tomé y por las tantas subidas y bajadas y vueltas que daba el taxi.
Cuando llegamos ella se apresuró a preguntar si ya habían anunciado la corrida a Cosamaloapan, se preocupaba tanto que llegué a sospechar que seria una gran madre, ya que su preocupación era desmedida, pero nunca le dije nada porque me gustaba ser consentido.
Nos despedimos y le agradecí infinitamente el tener tiempo para este loco, vagabundo, peligroso y soñador. Le di gracias por ser mi amiga y finalizamos todo con un abrazo fraternal y un beso calido en la mejilla. Después me condujeron a mi lugar y yo me despedí agitando los brazos de mi tierna amiga Johary.
Subí al autobús y mi número de asiento era el trece. Ese número me encanta, dije.
Viajé solo y dormí alrededor de media hora, desperté y no se porque pensé en Eva, fue algo tan contundente que mi cuerpo vibró, — Que loco estoy— me dije.
Después me entretuve viendo una película que se trataba de una princesa de cuentos de hadas que por un hechizo de la bruja del cuento dejó de ser una caricatura y fue convertida en humano y fue a dar a la ciudad de New York. Su príncipe también adoptó la forma humana y para completar la profecía tendría que buscar a su princesa y encontrarla antes de la media noche o por lo contrario su amor no se consumaría y ella moriría. Por eso su príncipe buscó a Yissel por toda la gran manzana. Ella apareció intempestivamente en la casa de un abogado divorciado y padre de una niña. Después de varios infortunios logró mantener una amistad con la familia y con el abogado que es el doctor Sheppard en la serie de Grey. Yiseel era una mujer totalmente optimista e inocente, que buscaba el amor verdadero. Pero para ser mas sincero, me encantó la película y casi lloré porque justamente cuando ella se iba a morir el abogado la despertó con un beso y ella comprendió que ya no amaba a su príncipe, pues el abogado le dijo mucho antes que uno a veces confunde el amor, las personas dicen que están enamorados de alguien porque así esta predestinado, no por el destino, si no por las sociedades, es como el ejemplo de los mismos cuentos “ Los buenos sufren, pero siempre gana, “ La princesa y el príncipe se casan y viven felices para siempre”. Son cosas que la misma monotonía marca como amor. Y aquí esta el otro lado de la historia que me cautivó; con el abogado no tenia un futuro que respaldara su destino, era tan absurdo creer que se enamoraría de él, ya saben por las mismas etiquetas de la sociedad, pero, aunque se trataron sólo un día, tuvieron una magia tan cabrona que descubrieron que para ser feliz y enamorarse sólo se necesita en instante, son casualidades del destino, son cosas que pasan y que derrumban las paredes de los estereotipos que la “realidad” impone.
Cuando bajé de autobús llegué cansado a mi ciudad; caminé y encendí mi cigarrillo.


24 de Octubre del 2008.
Francisco Rico.

miércoles, 22 de octubre de 2008

33 Dias en la sala de espera ( tres poemas)

Ya falta poco.

Ya falta poco, ya falta poco para que mi cabeza no haga
Otra cosa que pensar en ti. Ya falta poco para estar cerca
De ti, de llenarme de melancolía por la noches preguntándome
A quien tendrás en tu cabeza.

Ya falta poco para que tu madre me niegue tu presencia. Ya
Falta poco para que tenga esta gastritis crónica cuando estés
Por venir. Ya falta poco para que me destrocen los nervios.
Ya falta poco para verte, ya falta poco. Pero para ser más exactos
Faltan once meses.
F.R.H junio del 2006
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Bella.


Eres bella, porque de algún modo me lo dicen tus ojos, tu ombligo, tus manos y las uñas de tus pies.
Bella, ahora te tengo cuando estoy en silencio. Cuando sueño. Cuando me muero por ratitos en la noche.
Quiero hacerte el amor, bella. Chuparte el pezón, oler tus cabellos y moverte con mi cintura a las maneras dóciles del amor.
Bella, te recuerdo todas las putas noches, por eso me niego en aceptar que la memoria encuentre caminos de regreso donde están, el pasado y la nostalgia.
A veces exagero en pensar que eres única. Vete al diablo, bella.

F.R.H 24 de mayo del 2007---------------------------------------------------------------------------------------

A las tres de la tarde.

Mi cuarto es la capsula perfecta para escapar del mundo y sus complejos, de quitarme la camiseta de la caminata de no encontrar nada. El eco de las canciones intenta huir, pero se encuentran con las cuatro paredes que asemejan una caja de sorpresas que espera ser descubierta.

Hojas y cartas sin buzón nadan por el piso, mientras dos sillones son las islas a las que nunca vendrás. Náufrago en mis sueños, en mis ilusiones y siento que estoy más triste que la muñeca despeinada y sola que se quedó abandona en mi cuarto.

Sin pilas cómo mi reloj y no hay mensaje oculto en mi puerta que me anime el corazón. ¿Por qué no vienes? Aunque sea un rato. Procurándote volverte a ver y es que olvidarte es físicamente imposible. Y me pregunto ¿Porqué tengo calor?








F.R.H Un día a las tres de la tarde.

jueves, 16 de octubre de 2008

Bar

Olor a nicotina, mesas cojas, comandas de tequila, luces rojas, tertulias que se olvidan cuando llega la maldita resaca. Meseras con billetes en la blusa,trincheras de una luz semidifusa que le quita la cara a los que esconden secretos personales. El bar es un hotel de medio pelo que le cura el desconsuelo a los que no saben que hacer con el desvelo, como yo. Papeles por debajo de la mesa cocteles que te alivian la tristeza canciones como dagas en el pecho de la melancolía,historias que no van a ningún lado, glorias de un pasado tan pasado y mis sueños merodeando suicidados en la vieja tarima.Yo llevo aquí metido media vida y sigo solo y sin salida y recordando todas las putas noches. Que ahí se sentaba ella que ahí se enamoró de mi , ahí mientras cantaba ella pintaba en servilletas mensajes subversivos mientras él la sujetaba. Ahí se sentaba ella ,ahí se enamoró de mi,ahí en esa silla ella un día se aburrió de mi. Dolores se llamaba, que ironía Dolores no buscaba compañía que le durara más que el after show y el sudor del camerino. Se unió a los delirios del trasnoche se alió a los colirios y el derroche y yo que bauticé de amor lo que era compañía. Jamás vimos la luna porque el bar nunca nos hizo recordar que afuera el mundo continuaba sin nosotros. Se me acabo el carisma, si me vieras, mi voz ya no es la misma si me oyeras,la noche es una puta divertida pero cobra factura. Me fumo otro cigarro en la mañana me opaca como barro en la ventana y vuelvo como siempre a recordar... Que ahí se sentaba ella, que ahí se enamoró de mi, ahí en esa silla ella un día se aburrió de mi. (Un jueves decidió no regresary no existe noche en este barque yo no cante su canciónpor si regresa)....................... R.A.

martes, 14 de octubre de 2008

Efecto maRIPOSA

No sé para quien o quienes escriba yo éstas líneas irreverentes e incapaces de doblegarse ante el yugo de las utopías sin ley. He visto con suma melancolía y nostalgia como mi pueblo despierta más temprano que los demás países y amanece al otro día más pobre que ellos. He visto a jerarcas regocijándose en las oligarquías y a hombres de corbata y traje que disfrutan las comodidades, lujos que el campesino les ha abastecido a base de esfuerzo, sudor y sangre.
Donde el futuro del país será un sueño remoto e inverosímil si seguimos con esta educación exigua que se recibe en las escuelas públicas. Si naces pobre en éste país, estas condenado a recibir una pobre educación. En éste país las decisiones son cosas tan triviales que no se resuelven ni para bien o para mal. Parecía que llegamos al punto retrocediendo, no avanzando. Al parecer uno no termina de conocerse a pesar de verse todos los días en el espejo.
Sería fácil entender que los efectos mariposas son la excusa exacta que te invita a cambiar el rumbo de tu vida por un instante, ser la diferencia de estos pendejos de buena voluntad.
Los grandes movimientos sociales creadores de estos conflictos que marcaron el destino de éste país y de ésta Latinoamérica indulgente y nostálgica fueron hechos que se realizaron gracias al idealismo de los héroes del pasado que nos enseñaron a creer en los sueños, en las actitudes, en nuestra identidad, en la unión y en lo más importante; en nuestra libertad.
Hermanos hoy les hablo para que todos los socialistas del viejo y nuevo mundo salgan a predicar sus ideales y a manifestarse en contra de la demagogia de la bestia utópico aquella que señala con mano derecha llena de anillos de oro y que intenta mermar al pueblo con sus leyes vanas, con sus subterfugios de mierda y que no deja vislumbrar sus carencias y sus marchitos sueños de convertir todo en el edén del gobierno donde todos sueñen estar.
Los efectos mariposas no son caprichos y el pobre no se quejan sólo por vicio, y yo ejerzo mi oficio de vivir mi libertad.

lunes, 13 de octubre de 2008

EN primavera

Cierra los ojos y abre tu corazón, que la primavera no es para siempre. La brisa de la cascada te moja el pelo y tú tirada sobre el rosal me tocas el alma con tus suspiros.
Miras al cielo y se te ocurre hacer el arco iris, te ríes y juegas y ya no hay guerras ni hambre. Todo el mundo sueña un sueño. Las estrellas te acompañaran en tu viaje y cuando el ferrocarril llegue a la estación lloverán rosas amarillas y una mariposa en tu cabello se detendrá y todo el mundo vera lo hermosa que eres en primavera.

F.R.H

(Me enseñaste de desde filosofia
hasta como tocarte y a no fumar sin desayuño Y Aconvertir
una caricia en una obra de arte.
ME enseñastes/Ricardo ARjona)
13 de octubre del 2008

domingo, 12 de octubre de 2008

13 de Junio

(El día que abrió los ojos al mundo)
I Parte.
Ya sé que eso es tonto, el tratar de hablar con un muerto. Ya sé que es tonto estar sentado en la tumba, de hablarle y decirle que has cambiado, que ahora fumas, que eres más maduro que antes y contarle que ya tienes nueva novia. Yo estoy sentado bajo el tremendo sol de allá arriba, le leo poemas de Sabines, me fumo un cigarro y creo que él desde el subterráneo me escucha o está a mi lado en silencio.
Me quedo pensando no en la hora de su muerte o nacimiento, si no en todas las cosas maravillosas de la vida que él se ha perdido; el amor, las borracheras, el sexo, el fútbol, la calle, la comida, la familia y de las mujeres. Luego uno lo analiza con toda la lucidez posible y piensa, << ¿Qué hay de lo que tú te has perdido? >> El estar en presencia de Dios, conocer la paz, los ángeles, estar en todos lados en silencio, en silencio.
El tiempo, el trabajo y la soledad absoluta, rasposa y seca del panteón te invita a la retirada (Salir corriendo de allí.) pero no sé si sólo fui a visitar o apartar mi lugar. No sabes si regresaras caminando o en una caja con los pies por delante, sudoroso cuando se te escurra la vida en forma líquida.

Ya en la calle — Gracias a Dios—, camino y de pronto me sorprende la muerte y el suculento y maravilloso culo de una mujer. También existe el carnaval de la muerte. Mantengo los ojos y la mirada en los dolientes que van hacia la pachanga donde se ríe y juega con nosotros la muerte. Pero no me imagino que son dos funerales, el mismo día, a la misma hora y los dos pasan enfrente de mí. Ahora recuerdo que hace un rato fui a visitar a mi amigo muerto, el bueno de Chema — Digo ahora bueno— por que cuando vivía para algunos eran un pendejo, algo sin vergüenza y cabrón, para mí siempre fue lo que él quiso. Pero ahora dicen que ya cambió (La vida no sólo nos cambia, la muerte igual, con el único inconveniente de que nos pone más feos.)
La muerte hoy, la muerte ayer, la muerte mañana, nos fermenta a todos, nos bendice. Pero lo único que no me gusta es que en este pueblo todos se mueren el miércoles.






A José María Palmero Alvarado.
“Un día nos veremos hermano, espérame sentado” Francisco E. Rico Hernández.

viernes, 10 de octubre de 2008

Inventario.

El pueblo mexicano vive oprimido hoy en día. Ya lo vemos en los movimientos sociopolíticos en donde secuestran en su propia casa a la ley, y a la boca del pueblo la cierran por derribo. El futuro del país está en juego, las piezas de ajedrez las mueve el gobierno con suma precaución y los intereses políticos sin lugar a dudas son del ámbito nacional. Nos quieren dormir antes del anochecer con cuentos de hadas en los cuales anuncian el gran tesoro escondido en el mar y que al explotarlo servirá de gran ayuda para que el país en el que tú vives y yo sobrevivo despilfarre el dinero que vendrá en ondas desde el pacifico. Dicen algunos en sus desvaríos que la avalancha de inversiones que tendremos a futuro gracias a la plusvalía del petróleo nos llenará el bolsillo a todos, y los mexicanos tendremos suficiente dinero como para comprarle la segunda pierna a Santana, curar al Seguro Social que es el enfermo mas convaleciente, y la deuda externa será para las nuevas generaciones un cuento inverosímil y muy remoto.
Con quien mierda creen que están tratando, no se olviden que cada persona es un medio de comunicación independiente. A mí no me engañan (No le pueden mentir a un mentiroso.) Con la Reforma Energética a PEMEX lo venderán por partes como se venden a los cerdos. Andrés Manuel López Obrador dio un ejemplo de lo que podría ocurrir si se aprobara la reforma energética. Resulta que las empresas energéticas españolas que invirtieron en nuestro país al cabo de tan sólo ocho años de establecerse en el mercado han acaparado el cien por ciento de la producción energética en el país, la CFE (Comisión Federal de Electricidad) le comprará el 37% de las acciones a estos españoles que tan sólo en ocho años son dueños de la energía eléctrica en México. Sin lugar dudas la verborrea que lanzan los políticos se debe de escudriñar a conciencia. La sociedad mexicana necesita conversar y encontrar los remedios y acuerdos para que la discrepancia sea mermada y el cataclismo olvidado.

Con esto que hoy escribo no pretendo que México se someta a la izquierda o a la derecha, simplemente que busque la verdad a través de la libertad, la democracia y la unión, consiguiendo así abolir a los cachorros del imperio. Invito a los potentados del país que sean responsables de la economía de su patria, por lo tanto deberán de tomar las decisiones pertinentes y desmenuzar a fondo los movimientos sociopolíticos de México. Estos acaudalados (Que son muchos en este país tan pobre) tienen que pugnar por las empresas de su propio país, tratar bien a los empleados, otorgarles salarios dignos y seguros de vida, y ponerles al alcance de sus manos la tecnología de punta; con esto el trabajador crecerá, la empresa crecerá al igual que la economía del país se incrementará notablemente. La sociedad debe de estar consciente que todos deberemos pugnar por el beneficio de nuestra patria ya que probado está que el autoritarismo siempre ha mermado a los pueblos de América Latina.

F.R.H

jueves, 9 de octubre de 2008

Mi pueblito.( fragmento del texto.)

Yo ya no quiero. Yo ya no quiero vivir en éste pueblo donde todos los miércoles se mueren las personas. El miércoles, precisamente el miércoles de mierda.
En mi pueblito todos son felices, no es cierto, es una mentira. Están artos algunos cómo yo. Vicente el carnicero arto se encuentra al ver que sus mozos le roban las esclavas de oro y sus mozos están artos de escuchar sus terribles chistes con olor a carne. La maestra Soledad enseña, y muy bien, a todo muchacho inteligente y obsesionado por las letras les enseña lo que tiene entre las piernas. Tomas dice que esta arto de trabajar en la tienda de abarrotes de Don Pepe pues si quieres ser infeliz toda la vida, trabaja acomodando latas. Laura está cansada de volar y mejor camina por las calles, lo malo es que lo hace sin mí. La tía Chofi se burla de Jaime Sabines por creer que ella está muerta, solamente se perdió por ir le a comprar sus pinches cigarros. Doña Hortensia esta embarazada y cree que su hijo será una gran celebridad, amado y respetado, ella dice que él va hacer el hombre que saque adelante a nuestro pueblito. Cómo lo sabe eso si que no sé, pero ya le buscó un nombre: Andrés Manuel. Y qué decir de César y sus mentiras, ya las mujeres no se confían de él, ojala y las canciones de Arjona lo ayuden a reconquistarlas. En mi pueblito hay un Bar de nombre Animal Nocturno allí acuden los melancólicos, los hombres. Me encontré a mi hermano Alejandro y a mi primo Xavier acompañados por bellas damas de noche (Putas sin consuelos).
En mi pueblito la política es un asunto no muy complicado puesto que a los presidentes siempre se les ve haciendo circo, maroma y teatro. Al ex presidente se le veía discurrir por las calles en su motocicleta, con su chamarra de cuero y sus lentes Ray-Ban, el otro bigotón y don Juan; que de seguro hasta los calzones siempre los usa rojos tiene más problemas en torno de sus exilios de amor, y que por ende tiene en desamparo a su pueblo. Les informo que a mi pueblito lo mantienen hoy en día a pura cal y cemento con ese favor de mierda de pavimentar todas las calles, que es basura y cosa insignificante en este nuevo siglo. Esta es la mierda que se arrastra sin remedio, un beso podrido entre los labios de los dragones rojos. Ellos eran y son unos despreocupados que les importa un bledo éste pueblito que siempre ha de llegar al punto retrocediendo, no avanzando.
Un pueblito donde el pasado inmaculado sabe a gloria, donde antes se presumía de ser el cerebro y corazón, hoy no sólo se ha bajado de categoría, pues la seguridad se amplia y la falta de oportunidades laborales y estancamiento social son asuntos triviales. Les aseguro gente que estas líneas irreverentes que escribo hoy, son incapaces de doblegarse ante el yugo de una utopía subjetiva y sin ley. El fracaso del socialismo el cual escribió Luis Pazos me enseñó que el capitalismo bárbaro es un caníbal insaciable en busca del poder autoritario, es una enorme bestia diseñada para saquear, asesinar, sordo e impasible el cual le vale mierda lo que sufra su pueblo. A través de los grandes ilustres del pasado, hombres de honor que lucharon por su pueblo y que los llamaron rebeldes aprendí que los efectos mariposas son la excusa exacta para invitarte a cambiar el rumbo de tu vida, ser la diferencia aunque sea sólo un instante y luchar por los ideales y la libertad. En mi pueblito les cuento que en cultura avanzamos mucho; ya sabemos leer el cincuenta por ciento de la población y hace un mes recibimos un libro donde nos narra la vida sensacional de Macondo que se parece a nuestro pueblo de mierda, donde la gente se muere los miércoles. Pinché pueblito olvidado, ignorante, somos el culo del mundo.

Las tres grandes torres de mi estirpe son Isis francisca, Emiliano, Xani y Ángel sin lugar a dudas ellos son el futuro de mi pueblito. ¿A quién no le gusta el fútbol? José María “Chema” siempre anda en las canchas de fútbol jugando con la caprichosa, sucio pero contento, es uno de mis mejores amigos lo quiero mucho lo malo es que no le gusta el agua. Oscar es el único mormón que me agrada pues intenta reivindicar los valores morales y separar al cuerpo del alma, tener amor a Dios. Mi madre luce tan bella arreglando las plantas al pie está mi perra, mi talismán de la buena suerte.
De las mujeres mejor ni hablamos, como ven que ahora hacemos lo que nos dicen —díganme cuando mandamos— las mujeres son la cosa más extraña, maravillosa, jubilosa y son tan fuertes como una tormenta e igual de frágiles como margaritas. Carlos e Irene se prometieron nunca crecer y amarse siempre, ni la ambición de él por ser un mejor hombre ni el cambio de vida de ella daría marcha atrás a su propósito en la vida de no mirar a ningún lado donde no estuvieran ellos. Se juraron amor eterno. Quiero saber si se puede aguantar tanto, quiero sentir el amor. Aquí hay las visitas de Iván a su paraíso en el cual se establece entre sábanas, morbo, amor, látex y se da el lujo de hacer el amor, ahí en su paraíso no existe la muerte, ni la maldad, ese paraíso lo comparte entre cuatro paredes con su ángel, en un Cielo azul, donde todos los días se enamora más. Rene siempre anda de buen humor y por eso es un buen amigo. Con Sandy y Alejandra no cambiaria nada, ni esas mil y una noches hablando de todo un poco mientras fumamos en los bulevares. También existe una mujer de la cual no quisiera ni acordarme, pero como siempre irrumpe en mi vida, fue mi gran amor, hoy por cabron ya pienso diferente pero el cariño jamás cambiara, porque vivo en tiempo de no nos queda de otra. La dejare partir hacia la oscuridad (donde no estoy yo).

Como ven ustedes todos estos chismes se escuchan en mi pueblito donde todos los miércoles se mueren las personas. Es un pueblito jodido, ignorante, sin amor, mentiroso, futbolero, con plantas, lleno de putas, como Adriana. Pinché pueblito ya me quiero largar de aquí, pero tendré que esperar dos años más para terminar mi gobierno cómo presidente.

F. R. H. 2 de Diciembre del 2006.