martes, 9 de diciembre de 2008

40 horas.

Escucho por la ventana que afuera hay un concierto de grillos y una manisfestacion de
perros que les ladran a los fantasmas de la madrugada, la dulce luz de la luna se refleja en mi colchón
y el gélido viento me cala los huesos, el insomnio me amenaza y observo la hora exacta que anuncia que esta noche
no hay acción en la tv.
A estas horas entra en escena la inmaculada moralidad que no tuve el valor de perderla unas horas antes con ella, mi conciencia esta resentida con el tiempo, por no dejarme darle de comer a los sentidos.
Trato de inventarme para estos dos dias mi rutina; vista al periódico, programa de radio, y evento del Imss a cargo de mi tía, al cual asistiré solo por la comida gratis, después, gracias a Dios me toparé con ella, y las 40 horas que esperé para verla abran valido la pena. imaginense ya la estoy extrañando y me tengo que aguantar las ganas barbaras de coincidir con ella, esperaré viendo la desierta noche a que el sueño venga por mi y se haga menos este suplicio de las 40 horas.

Suavesito como las nubes de algodón me acaricia su recuerdo, su risa y su belleza angelical me desteplemto .
Espero que ella este pensando en mi, y que las liturgias de las matematicas, tiempo y espacio se coman esas 40 horas
que hacen falta para verla.

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