jueves, 30 de abril de 2009

A la Sombra de un lEON.




Llegó con su espada de madera y zapatos de payaso a comerse la ciudad compró suerte en doña Manolita y al pasar por la Cibeles quiso sacarla a bailar un vals, como dos enamorados y dormirse acurrucados a la sombra de un león, que tal, estoy sola y sin marido
Gracias por haber venido a abrigarme el corazón.

Ayer a la hora de la cena Descubrieron que faltaba el interno dieciséis tal vez disfrazado de enfermero se escapo de Cienpozuelos con su capirote de papel. A su estatua preferida un anillo de pedida
Levanto en El Corte Inglés, con él en el dedo al día siguiente
Vi a la novia del agente que lo vino a detener.
Cayó como un pájaro del árbol cuando sus labios de mármol lo obligaron a soltar, quedó un taxista que pasaba mudo al ver como empezaba la Cibeles a llorar y chocó contra el Banco Central, y chocó contra el Banco Central.


jOAQUIN sABINA

lunes, 27 de abril de 2009

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LA INFLUENZA

"La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo –por una vez sucesivo, y no circular–, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz. "
Así con este relato del amor en los tiempos de cólera se descubre que es mas fácil perecer de amor que vivir en el éxodo de las oscuras golondrinas.
Ahora estamos en otro mundo, en otro país y en otras circunstancias, estamos viviendo El amor en los Tiempos de la INfluenza. Ya ven que ahora nos salen con este virus porcino que inmediatamente se esta expandiendo sin poder ser controlado, quien sabe que cosas raras ha puesto en este aire apretado que estamos respirando que a veces pienso que a lo ultimo nos largaremos en el ultimo tren para la luna.
Los políticos, los mercenarios, poetas, monjas, guardaespaldas, sacerdotes, putas, maricones y hasta los niños del circo están preocupados por el virus que se anida en los cuerpos de aquellos que tiene esa facilidad de enfermares.
Total que pienso que si en verdad nos va ha llevar el carajo pues hay que vivir muy seriamente en el desorden, no en la psicosis, ni mucho menos en el desvarió, simplemente vivir en el hedonismo nato con el que nacemos casi todos pero que nos van quitando a cada rato, con el ejercicio ese que le dicen; moral.

Me dicen que utilizemos tapa bocas, nos lavemos las manos, no saludar, ni dar besos, y que al mínimo malestar nos dirigamos a un centro de salud. Eso esta bien, pero yo tengo pensado que cuando me pongo un tapa boca le dibujaria una nariz roja, y circular como la de los payasos,y una sonrisota de esas como si me aumentaran el sueldo.

Por eso, digamos que algunos escépticos pensaran en una conspiracion nacional , ya saben con eso del que el negro gringo nos visitó, en fin son muchas hipótesis, lo único que en verdad me quita el sueño es ... a que horas me podre dormir?



fRANCISCO rICO hERNanDEz

viernes, 24 de abril de 2009

A ti que vas de prisa por miedo que la risa se marchite.

Me puse una noche cualquiera a buscarte debajo de mis párpado, y
supe que era imposible.
Después, pero después encendí un cigarro y note que mientras la ceniza
se iba cayendo en mi pantalón yo me sentía un poco exiguo de tu amor,
del recuerdo, me puse a fumarte como dice Sabines pero supe que eso ya
esta escrito.
Ahora reviso los escritos que me has dejado un día de cumple años, y quisiera de
pronto no sentirme tan abandonado en el próximo septiembre, pero supe que los
malos días pronto vendrán si que yo pueda hacer algo.
Antes de dormirme se me ocurrió poner a Sabina y Esta NOCHE CONTIGO, me recordó
unas cuantas palabras cantadas en las calles, no debería sentirme así con ese talento muy tuyo que utilizaste pa olvidarme.
Mejor me despido desde ahora pues no quiero volver a soñar contigo, es un desgaste de optimismo saber que a lo mejor un día de estos me llames, diciendo que tu atraso fue a consecuencia de los pagos de la inconciencia.
Ya no canto cuando me siento triste, ahora silbo para sentirme mejor.

lunes, 20 de abril de 2009

Haromi en el lugar de los ojos abiertos.

Cada mañana ella abría los ojos al mundo, suave, limpia y ligera como las nubes partía la luz del alba con su belleza. Insultantemente feliz era vivir la vida junto a ella.
Cada vez que dejaba caer las gotas de agua sobre su claro rostro los peces del rio nadaban interminablemente, irremediablemente. La luz flagrante del sol le alumbraba la piel, y su sombra de pronto salía para cuidarle los pasos.
Le resultaba fácil hablar de la felicidad y a veces le daba por ponerse triste deberás cuando las gentes no entendían el significado del milagro de despertar cada mañana. Dicen por ahí que volvía locos a los nostálgicos poetas que para ella recitaban sus poemas, los pintores no encontraban defecto alguno en su perfil, Haromi era bella interminablemente , y se sentía a gusto de no saberlo, de no tener contacto con la vanidad.
A veces el viento soplaba con fuerza y ella sentía cosquillas debajo de su falda, sonreía aunque el estruendo del aire destrozara las flores de los jardines.
Haromi tenia unos ojos verdes cocodrilos, y una boca angustia de los corazones sin dueños, y un par de cejas; pinceladas de Dios.

Una tarde de otoño estaba recostada sobre un árbol y sentada sobre las hojas secas que cubrían el suelo. Llevaba puesto un vestido blanco de manta con un listón dorado en la cintura, estaba descalza y las uñas de sus pies eran perfectas, en su largo y pasible cuello tenia colgado un collar de conchas que hizo cuando horas antes caminaba por la playa. Mientras seguía observando con abstracción la margarita que tenia sobre el dorso de su mano el viento sopló, consiguiendo en ese acto de la naturaleza mover la guirnalda de girasoles que sobre su cabeza llevaba, pero el insecto resistió el embate del viento, se aferraba a su nueva patria de carne y hueso, de calidez y tersidad.
Su rostro de princesa oriental, fino y exacto logró sorprenderse minutos después al ser testigo de la repentina aparición de decenas de margaritas que venían volando de diferentes direcciones para establecerse sutilmente a su alrededor. Haromi sonrió y se puso de pie para alegremente girar con los brazos extendidos sobre su propio eje.
Eso ocurrió porque todos recuerdan que fue cierto, lo que nunca se explicó fue lo que pasó después.

“Me duele el alma, se me entumece el corazón”

Tristemente ese día Haromi después de jugar con las margaritas tuvo que cerrar los ojos a la fuerza, insultaron al destino, todos los ángeles hubieran querido impedir que ella cerrara los ojos; no hubo tiempo, el mal ya estaba hecho.
Una gran tormenta nunca antes vista y que jamás se consiguió olvidar se presentó esa vez que ella dejó de ocupar un sitio en el lugar de los ojos abiertos. Las personas no lloraban, qué mas daba, si el cielo lo hacia por ellos. Todos sintieron en aquel momento que Haromi era en verdad el alma, la pureza y el halito pulcro de la vida.

“La oscuridad se equivocó, no debió acercase a ella, ¿por qué lo hizo?”

A nosotros los mortales nos conmueve el presentimiento de vivir en un pozo sin fondo, y si por mis venas pasara el dolor de la muerte, me echaría a llorar, pero algunos no quieren y no les gusta llenarse los ojos con pura oscuridad, ahí no le verían las pecas de su espalda, el murmullo de la belleza y de la vida no se escuchan cuando uno se esta quieto.
Después, aunque me gusta ver los amaneceres y giñarle el ojo a la vida, decidí caminar con la luz apagada, fundir los focos de mis ojos.
¿Restauraré los actos de Dios?


Francisco Rico Hernández.
26 de febrero
Del 20009.
Cosamaloapan, Veracruz.

jueves, 16 de abril de 2009

Pan y Vino

En seguida descubro que mientras estoy de frente al monitor del ordenador, me siento desesperado, cierro y abro ventanas, de pronto comienzo a sudar, y verifico algunas cosas de Arjona, Sabina, la Vargas, y recién me viene a la mente que hace dos días atrás estaba cantando " Que se llama soledad" mientras sentado a la orilla de la playa me fumaba un cigarro, con estrella miedosas en el cielo, con el mar bravo, con una fogata a mis espaldas, me acorde de una chica que disque se llama Marisa, de recortes, de fotografías, de arena en los zapatos, de amistades olvidadas, de cigarros, de viajes, de hambres, de mujeres que dejé, de libros que no leí, de la cámara fotográfica que no me compré, de los dos amaneceres que vi a la orilla del mar, de Cucho " El brujito".

¿No tengo Hambre de amor?

hasta hoy se que día es, que horas son, no se como quedaron mis pumas, ni cuando comienza el carnaval de mi ciudad, olvidé el cumple años de una amiga, desconosco cuando regresare a mi casa, extraño dormir en un colchón, me duele la garganta de tanto fumar, no he escrito ni un puto verso que me motive, solo he vivido la vida como ha venido, me siento orgulloso de haberlo Hecho, en dos semanas iré al Df........

Quiero un café, irme con mi libreta y mis manos que tanto escriben a un pasillo de un tren sin luz, con cigarros, con cafetera gratis, sin fotos, con una luciérnaga en el bolsillo.Con pan y vino.

miércoles, 8 de abril de 2009

La Playa

Mientras caminaba por el terraplén fui testigo de que mi sombra se movía un poco al suroeste, sentí que era de noche, y la luna pegada en el cielo me dio la razón.
No se que horas eran, pero yo seguía caminando no se para a donde, pero cuando llegamos a nuestro destino, los tipos que venían de lado mio del corazón me dijeron:
- Es aquí.
Y si, era allí, como decían ellos. Dejé mi mochila trotamundos adentro de la casa de campaña, luego alguien encendió un cigarro, y así todos empezamos de pronto a fumar,luego se inventaron la idea de hacer una fogata y de pronto todos nos sentamos cerca de la fogata. Estábamos debajo de un gran árbol de mangos, hojas secas, y dulces grillos nos acariciaban el sueño, la tierna luz de la noche nos embellecía la cara, algunos y todos, y yo, mas tarde nos fuimos a dormir.
Al despertar al otro día, me dolían los hombros a causa de la mala posición que ocupe para soñar, escuché minutos mas tarde que un niño cantaba interminablemente junto a la casa de campaña y pensé: - Que locura, ahora se olvidan los gallos, y recuren a los ángeles del amanecer-.
Total que después de no tener el tiempo de lavarme los dientes, me fui acompañado de todos a la playa, días después supe que era Punta Azul. La arena se metía entre mis dedos de los pies, y poco a poco me fui metiendo en la laguna de Catemaco, mientras otros se asoleaban como largartijas fatigados de tanto andar sin encontrar el sol, ahora mientras resolvía ese problema que tenia con las olas, me abrazaré al agua de regaderas que había en la laguna, y me undi, sumergí y soñé que nadaba mientras silbaba el sol.


Francisco Rico Hernandez.
Catemaco, Veracruz.
8 de Abril del 2009.