lunes, 28 de febrero de 2011




"Hace Siglos que quiero enviarte palomas de humo..."

lunes, 21 de febrero de 2011

De Ti.

A Laura.

Nacen de ti las mejores palabras
Que no pronuncio,
Aquellas que se encienden
Cuando tú apareces ante mis ojos
Con toda tu hermosura.
Me miras y prendes las palabras,
Le das el placer al verbo que te ofrezco
Cuando te amo.
Eres toda entera para mí y ya no sufro
De ausencia y de arrepentimientos cuando estás conmigo.
En el aire, en tu mismo aroma de viento
Con tus labios colocas un beso
Tuyo que deja huella en mi corazón.
Todo se hace en un instante,
Como la luz en el cielo.
Nuestro amor une cuerpos.



Francisco Rico Hernández.
20 de Febrero del 2011.

lunes, 7 de febrero de 2011

Hoy te soñé.

Hoy te soñé y hasta este momento no me di cuenta lo
Hermosa que eres al dormir en mis sueños.
Te miré asombrado detrás de mi ventana,
Estabas en sábanas blancas como un Ángel
que descansa en una nube.

Tu cabello alborotado, tan suave que no me atreví a tocarlo y
Lentamente me fui acercando a la nube de mis sueños,
Donde Sueñas tú.

Tenias las uñas perfectas, tus piernas cerradas y
tus pies dejando huellas en mi corazón.
Tu vientre entre lo profundo y
Lo irreal la mixtura perfecta de algún lugar.

Estabas en sábanas blancas, con esos labios tan suaves
como el algodón,
Y es que te soñé y por un momento pensé que era realidad.
Hoy te soñé y ni cuenta te diste que estabas conmigo.
Aunque sólo duró un momento, me sentí completo.
El gran tesoro de esa noche, la ventana donde no mira nadie,
Es la nube de sábanas blancas donde sueñas tú.

Francisco Rico Hernandez.

miércoles, 2 de febrero de 2011

La Playa.

Mientras caminaba por el terraplén fui testigo de que mi sombra se movía un poco al suroeste, sentí que era de noche, y la luna pegada en el cielo me dio la razón.
No se que horas eran, pero yo seguía caminando no se para a donde, pero cuando llegamos a nuestro destino, los tipos que venían de lado mío del corazón me dijeron:
— Es aquí.
Y si, era allí, como decían ellos.
Dejé mi mochila trotamundos adentro de la casa de campaña, luego alguien encendió un cigarro, y así todos empezamos de pronto a fumar, luego se inventaron la idea de hacer una fogata y de pronto todos nos sentamos cerca de la fogata. Estábamos debajo de un gran árbol de mangos, hojas secas, y dulces grillos nos acariciaban el sueño, la tierna luz de la noche nos embellecía la cara, algunos y todos, y yo, mas tarde nos fuimos a dormir.
Al despertar al otro día, me dolían los hombros a causa de la mala posición que ocupe para soñar, escuché minutos mas tarde que un niño cantaba interminablemente junto a la casa de campaña y pensé: — Que locura, ahora se olvidan los gallos, y recuren a los ángeles del amanecer-.
Total que después de no tener el tiempo de lavarme los dientes, me fui acompañado de todos a la playa, días después supe que era Punta Azul. La arena se metía entre mis dedos de los pies, y poco a poco me fui metiendo en la laguna de Catemaco, mientras otros se asoleaban como lagartijas fatigados de tanto andar sin encontrar el sol, ahora mientras resolvía ese problema que tenia con las olas, me abrazaré al agua de regaderas que había en la laguna, y sumergí y soñé que nadaba mientras silbaba el sol.



Francisco Rico Hernandez.
Catemaco, Veracruz.
8 de Abril del 2009