lunes, 28 de diciembre de 2009

Francisco Y ViceVERZA.

Nunca dejaría que pasaran desapercibidas las verbenas del pasado, los desvelos de salón, las madrugadas perfumadas con el aroma de alguna fulana que jugaba conmigo al los besos con urgencias y llenos de calenturas, incitados por algún buen Ron o en su caso una descarriada cerveza. En Tlacotalpan me la pasaba tequiliando con las palomitas que de un día, valiente en la corrida de los Toros, y volando por los flash back que me hacían recordar aquella princesa que aun tenia la buena forma de hacerme daño a distancias.
Luego un par de días después me fui a Los Tuxtlas y comprendí que aunque los años pasan, hay cosas que el tiempo deja intacto en la pesadumbre de las costumbres, como lo fue en San Andrés Tuxtla y su feria patronal a la cual llegamos de improviso un amigo y yo, revivimos esos años cincuenta y ante el desconcierto nos sentimos tan abandonados e insípidos como un Latino sin sabor. Así emprendimos de nuevo el viaje que se había hecho intermitente y por fin llegamos a Catemaco, aquella ciudad mágica y única que me regaló mi amistad con el Pirata y claro, la indiferencia hacia el trabajo que me enseñó Chucho el Brujito.
En ese viaje lejos de la solemnidad y las buenas costumbres me divertir e hice cosas que nunca pensé realizar, me sentí libre, vivo, respirando como si fuera la ultima vez. El billete falso de mil pesos que me dejó mi amigo me bastó para subirme en las alas de las travesuras y de las aventuras a la que viví al borde de mis instintos prematuros. Y es que a las buenas costumbres nunca me he acostumbrado, al calor del hogar y de la ducha de vez en cuando me aburren, prefiero la carretera sobre los viajes hechos a la buena voluntad de la incertidumbre. Volvería a vivir todo lo que viví en ese viaje, quedarnos despiertos en la laguna hasta el alba y tocar el Jembe para "según" despertar a los monos, además de acampar en la playa de Montepío, ahí donde la mirada se me perdía de ver tanto mar, incluso volvería a vivir esos malos minutos donde estuve apunto de ahogarme en aquel mar bravo.Voltear al pasado es saber quien soy y elevar mi autoestima pigmea.
Como olvidarme de las mujeres que olvidaba al abordar otro bus, era como un pirata que dejaba una mujer en cada puerto, pero a pesar de tener mis labios calientes y una emoción en la entrepierna debo de ser sincero y advertir que quise siempre a la mujer que mas me quiso.
Siempre era maravilloso andar del brazo de la locura y de la libertad, nunca fue tan divertido como aquella ocasión en la que me lancé al puerto de Veracruz y me acordé que alguna vez he dado más de lo que tengo, siempre me dan algunas veces más de lo que doy, y sobre todas las cosas saber que nada sabe mejor que la amistad, René, Iván, César, Alan. Les llevo siete carreteras delante de ustedes. Pobres Cristianos.
El afrocaribeño me hico ver que a veces en el infierno llueve sobre mojado y que las perversiones y los excesos para mi hoy son pura nostalgia. Entre Córdoba y Tuxpetec nunca lloré y casi siempre estuve abandonado pero contento, y Minatitlán breve pero amistosa me hizo fumar más de lo debido y sufrir al no encontrar en una plaza a alguien que me ofreciera un encendedor. Y claro, en Orizaba tengo más de lo que quiero pero lo que quiero nadie me lo quiere dar. Ahí en ese evento cultural latinoamericano me encontré con La lluvia de Valdivia, la argentina de Borges, y la Nicaragua en pie de guerra y un Perú con las travesuras de la niña mala.
Nunca quise regresar a Xalapa y abandoné la propuesta que me hicieron llegar con la condición de que tenía que viajar al Df, Ni en Drogas dije. “Es que Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver”
En todo caso cuando alguna nube negra se acomode en mi cama, y sea lo que sea en un espejo roto, y cierre la casa porque me sienta herido recordaré lo que hice en este año maravillosamente feliz. Y trato en esto de dejar de andar perdiendo los autobuses que te dejan en los cuentos que siempre acaban mal, trato entre muchas cosas convencerme de que estoy vivo, y que a pesar de que haya alertar rojas en el corazón, y la adicción de fumar y añorar lo que se nos fue cayendo en la vida, siempre hay que luchar por cambiar el temporal, Siempre hay lanzarse a la aventura, la vida es bella.


Francisco Rico Hernandez.
Diciembre del 2009.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Algunas alertas rojas temen mientras otras esperan convertirse en verde...
La vida es lo que es...
para qué nos complicamos?
mucha razón.. es bella.

Cuidate Peatón.

Anthonella dijo...

Que haces? Se pregunto la princesita, mientras se miraba en el espejo en una de esas mañana grises, que le encantaria compartir con su principito.

Una febrir voz salio de sus pecho, y dijo - Sobrevivo- , sonrio algo asustada, y sin saber que hacer, prosiguio-Sobrevivir a que?- Y antes de que agregara algo.

Su corazon comenzo a latir mas rapido. Y comprendio, que no era el amor, a lo que debia sobrevivir, era a ella misma.

Haz notado que la distancia,hace que el extrañar, sea mas profundo y veridico.

Te extraño , pero prefiero que estemos asi hasta que no veamos.

TQ

Antho

Djuna dijo...

el tequila siempre trae las imagenes entre incertidumbre y maletas viejas!

pájaro pequeño dijo...

Feliz 2010 ♥

Laura Sánchez dijo...

Y bonita, cuando se lo permitimos :)

La Caperucita que se enamoró del lobo. dijo...

La vida no es bella.
Es bellisima.