miércoles, 11 de agosto de 2010

El tenampa

Esto me lo contó un amigo en una borrachera de un jueves, entre humo y cervezas me dijo que su padre años atrás había conocido en Garibaldi (Que dice Joaquín Sabina que es la Capilla Sixtina para los borrachos en México) a un tal Cornelio Reyna, hasta ese día un borracho cualquiera que cantaba para que la gente le pagara la farra. Siempre anda con la misma ropa y con guitarra en mano, y uno que otro cigarro en la boca.
Me narraba mi amigo aquella noche que Cornelio Reyna no era más que un cantor de corazones pobres en cantinas llenas de borrachos. Hasta que un día lo Sacaron del Tenampa todo borracho y se fue a probar suerte en algunas compañías de discos.
Cuando salió en la televisión cantando y presentándose en palenques y fiestas patronales como el charro famoso que seria don Cornelio Reyna.
Ahora cuando entraba a las cantinas más famosas de Garibaldi Don Cornelio Reyna llegaba implacable a la hora de vestir, acompañado de amigos y putas de lujo que maullaban sin remedio alguno. Así transcurrió la vida de ese charro mexicano, ya no pedía una cerveza por canción, ahora exigía una buena cantidad de dinero.
Alguna vez esto paso porque mi amigo Edel recuerda que fue cierto, o al menos su padre se lo contó en una de sus tantas borracheras allá por el Df, hasta según dice él que Cornelio Reyna le dio a su padre la uña de la guitarra una vez que andaba hundido en el alcohol. Quien iba a decir que muchos años después mi amigo perdería esa reliquia en otra borrachera de pobres.


"Empezó a ser famoso cuando salió en la televisión, de allí se volvió una mierda. Ahora cobraba las canciones y emborracharlo ya no era suficiente."

Aquella noche escribiste una canción que decía así:

Ha cuantas veces me han sacado del Tenampa,
Ya bien borracho con un nudo en la garganta...


Francisco Rico Hernandez.

1 comentario:

Diario de un PEaton dijo...

Es increible que no haya comentarios en esta entrada sabiendo que es lo mejor que he escrito desde hace cuatro meses, y esque normalmente uno no puede decidir que es lo que el lector deberia de leer con mas cuidado y sin embargo historias como estas son las que mas me gusta relatar, lastima que no les llegen tanto como quisera este fulano.