sábado, 13 de marzo de 2010

La Recámara Secreta

A; Violeta and Mercedes.
Un gusto que se quieran...


Son bellas las dos hadas que vuelan
en la atmósfera del humo, en el santo sacramento
del pan y del vino se acomodan, en la recámara secreta
de la noche comparten los abriles de su perdición y
desosiegos de los viernes en las altas horas.
Casi siempre juntas van de la mano, y cuando
hay frío o llueve se desnudan entre besos y caricias.
Julietas sin prisas de Romeros, margaritas desojadas,
noches lambidas, cenicientas sin pares,
lunas menguantesen los vientres, vísperas huérfanas del tiempo,
montes de Venus contra las leyes, traje de luces,
gatitas en cueros, almas sin domesticar, tragos a la Madonna y
a la Spears, tienen academias de corte y
confección del amor. Primores de algodón.
Ahora que están las estrellas con sus nombres,
y el olvido tan lejos deberían descubrirse entre miradas,
desabrochar escotes como un mandamiento,
asaltar la razón en la blasfemia de una oración.
De seguro con eso Lennon
les compondrá una canción.
Aquí estoy en tablas en el ajedrez y las miro de cerca
aclarando el azar de las señoritas, vendiendo madrugadas
al día siguiente, contándole a la gente una falsa intelectualidad.
Mientras ustedes pueblan de besos sus bocas y se van prometiendo
jardines con chocolates y terrones de azúcar yo me fumo
a la buena salud otro cigarrillo, y me quedo sentado en la
banca de la segunda división.



Francisco Rico Hernandez.

3 comentarios:

Laura Sánchez dijo...

"Comparten los abriles de su perdición y desosiegos de los viernes en las altas horas". Qué grande :]

pájaro pequeño dijo...

Aw, qué lindo!

Xiomara dijo...

“Julietas sin prisas de Romeos esas que venden madrugadas” ..genial ¡ un beso