sábado, 14 de noviembre de 2009

Acotaciones.

Cuando el abandono sea la causa del insomnio
acuéstate sobre ella, has de estrellas un camino.
Cuando tu dictador sea la comisura de unos labios,
mándalos a callar. Comételos.
Si le falta sal a la herida y ya no hay indulgencias
que pagar, que te de por reír,
juégale un polvo a la vida. Busca el guiño de la excepción.
Tus amantes son puritanas de esquina,
cofradías llenas de calentura, amores incivilizados.
Al Son del tic-tac de las horas perdidas y de las noches
ahogadas de alcohol, espérame Lola en tu hoyo del pecado.
Las madrugadas son para gentes que ya no esperan nada,
que evocan las palabras de amor en el parque Juárez,
que van sufriendo con los años el virus de la resignación.
Así mis ojos se van cerrando cuando se me ocurre besar,
y mis manos ya no suelen ser las mismas cuando ciegas
sufren el derroche de acariciar.
Pobre de mí que plancho cada quince días mi corazón,
que voy estrenando la urdía emoción
de empezar de nuevo.




Francisco Rico Hernandez.
24 de octubre del 2009

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Planchar el corazón" ehh ...
interesantes líneas Peatón...

Laura Sánchez dijo...

Coincido con el comentario de arriba, qué curiosa forma de cuidar tu corazón :)

Diario de un PEaton dijo...

Nunca me gusto mucho este poema.