miércoles, 12 de enero de 2011

Sueños.

Fue una tarde bajo el sopor horrible del calor de las tres de la tarde cuando después de unos sueños intranquilos tuve un desvarió que no entendía de razones ni mucho menos de años, tiempos o gallardía alguna. Lo que había soñado claramente carecía de dos cosas en mi realidad; locura o valentía. Cosas que por esos años yo no tenía. Pues yo era una especie extraterrestre que dejaba su habitación y recién salía a la calle en busca de placeres o travesuras, un callejero recién nacido que pasaba por muchas cosas por aquellos años.
Lo que Soñé aquella madrugada fue una especie de despedida que enmarcaba un nuevo camino para mi. Caminaba por una calle oscura yo solo y mientras seguía avanzando empecé a sentir la alerta del sexto sentido, cuando de pronto se aparecieron un par de tipos que nunca había visto y que sin embargo querían agredirme, de repente ante tanto miedo y sin posibilidades de defenderme salió de la oscuridad un amigo, el bueno de José María. El se encargo de alejarlos y cuando estuvimos solos habló conmigo y me aconsejó muchas cosas pero lo que mas me causó la certera impresión de la locura fue cuando me dijo:
— Puedes quedarte con ella.
Yo aun en la incomprensión de mis sueños, pensé que era una broma. Puesto que mi amigo estaba muerto en mi realidad, y la mina aquella no se atrevía a mirarme con otros ojos que no fueran los inmisericordes ojos de la amistad.
— Carajo — pensé. Estás loco Chema, le dije.
Pero él sólo sonrió y me dio una palmada en el hombro. Después, pero después caí en la cuenta que mis sueños eran una mierda, que aun mis propios sueños se burlaban de mi y de mi realidad que a pesar de mi corta edad andaba con una nube negra y sacándole la lengua a la suerte que nunca venia avistarme.
Sin embargo en mi sueño después de que Chema me dijo que ahora si tenía el camino libre para enamora a esa aquella chica yo fui hasta ella y le dije las mejores palabras de amor (En ese momento supe que era un sueño, nunca en mis cinco sentidos me habría a atrevido hacer eso) y ella había quedado tan satisfecha y feliz que sus ojos ahora habían cambiado y me miraban con la mirada de un amor recién fecundado. Nunca entendí como era posible tal descaro de mi puto subconsciente que desperté en la buena hora cuando yo por fin había conseguido tener el amor de esa chica que me había vuelto loco y dejado sin sueño muchas noches. No era posible que en ese momento la realidad se interpuso y me bajó de la nube por la que andaba y me dejó otra vez; cobarde, loco y con una sutil emoción en la entrepierna.
Y así fue pues como al amanecer tomé un lápiz y un papel y comencé a escribir un poema mal logrado y lleno de sueños en los cuales era mas afortunado que en mi realidad.
Aquella tarde calorosa mi amigo César llego de improviso y en la azotea le enseñé el poema para José María y la mujer aquella que había logrado conquistar al menos en mis sueños…


Francisco Rico Hernández.
12 de Enero del 2011.

2 comentarios:

Aurora dijo...

que preciosa entrada! voy a seguir cotilleando, pero antes de despedirme quería invitarte a mi baúl,por si quieres compartir algún sueño con todos los amigos de Coquette.
te espero!
hasta pronto =)

Emilia Fabiola Altamirano dijo...

En los sueños todo lo imposible se hace posible. Vuelas tan alto en los sueños que nadie te puede alcanzar, pero no desesperes al despertar, relájate y siente la carivia en el alma que los lindos sueños dejan; y si sueñas algo desagradable acomoda tu mente y sigue adelante.
Un fuerte abrazo argentino.