Justamente ayer en la noche, cuando después de esperar a que llegara el tipo que se suponía iba a pagar la farra y supuestamente se convertiría en Presidente Municipal no hacia otra cosa que saboreado el cigarro de mi victoria; ya que horas antes había participado en un homenaje hecho a un fotógrafo con un texto que todos aplaudieron. Todo resultaba bien, me pagaron, cené, me felicitaron, me tomaron fotos, y hasta tenia en puerta la tentativa de ser invitado por aquellos políticos a una farra.
Sin embargo, cuando nos disponíamos a irnos al bar en donde se había pactado estar, caminé por un café-bar de la ciudad y justo ahí escuché una melodía que tenia como dos años que no escuchaba en vivo; Brazos de Sol. Me estremecí. Mi alma se cubrió de hielo y mi cuerpo entero se llenó de frío. Me acordé de ella.
Mientras escuchaba la canción a mi mente la bombardeaban un arsenal de Flahsback, recordé sus besos y aunque me quedé mirando por la ventana de aquel café-bar no encontré vestigios de ella y de mi.
Ha de ser porque fue en otra ciudad, me consolé diciendo.
posdata; Aun me hace falta sacudir el polvo a todos los rincones de mi alma.
Francisco Rico Hernandez.